martes, 12 de diciembre de 2017

Navidades y belenes





Se acerca la Navidad y con ella todo lo que conlleva de celebraciones, fiestas, villancicos, regalos etc. Para los cristianos son fechas en las que se conmemora el nacimiento de Jesucristo, pero ¿fue siempre así?

Podemos afirmar que el origen de la Navidad se fundamenta en costumbres paganas, ya que en torno al 21 de diciembre fecha del ciclo de invierno (cuando la duración del día se impone sobre la noche) se celebraban desde antiguamente y por diversos pueblos, muchos ritos ancestrales, principalmente de adoración al sol y en especial en la antigua Persia y más tarde en el imperio romano. Hasta el propio San Agustín hace referencia en sus textos a este origen pagano y manda a los cristianos “no celebrar el día solemne adorando al sol como los idolatras, sino al creador de todo el firmamento, es decir a Cristo”.

Los textos evangélicos no aportan información alguna sobre la fecha del nacimiento de Jesús y así desde los primeros años del cristianismo se propusieron diversos días del calendario para la venida del Mesías, siendo el Papa Liberio en el año 354 el que fijo la fiesta el 25 de diciembre, fecha muy cercana al comienzo del invierno y por tanto días caracterizados por la existencia de ritos arcaicos en torno a la naturaleza.

La primera celebración navideña en la que se montó un belén para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo tuvo lugar en la Nochebuena de 1223, cuando San Francisco de Asís decidió reproducir la tradición cristiana en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en la que había instalado un pesebre con una imagen en piedra del Niño Jesús y un buey y un asno vivos.

En España, el belén aparece muy tímidamente cuando los monjes franciscanos empiezan a montarlos en el siglo XV y se le llama por diversos nombres: nacimiento, portal, pesebre, misterio etc. En el siglo XVIII, Carlos III, continuando la tradición italiana de montar un belén en Palacio durante la Navidad, encargó una serie de esculturas para completar las figuras que trajo desde Nápoles. Es el llamado “Belén del Príncipe”.

Y los nobles y la corte siguiendo el ejemplo del monarca, comenzaron a mandar elaborar belenes para exponerlos en sus palacios, consiguiendo más tarde popularizarse entre el pueblo llano, y así a pesar de proceder de una tradición italiana, se instala entre nosotros con unas particularidades en los personajes y en las figuras propiamente españolas. Es el caso del “cagón” o “caganer”  de origen catalán, que inclinado haciendo sus necesidades, es representado a veces con el rostro de personajes famosos. Pero a pesar de lo escatológico del asunto y lejos de ser ofensivo o grosero, según la tradición y cultura, el caganer está devolviendo a la tierra lo que de ella procede, abonando la tierra del pesebre y haciéndola fecunda para el año siguiente. Por ello es considerado símbolo de salud y prosperidad y, en definitiva, de felicidad para la Navidad.




En fin, aunque Papa Noel y el abeto han logrado abrirse camino en nuestras costumbres, el nacimiento o belén sigue  siendo uno de los elementos indispensables de la decoración navideña en la mayoría de hogares españoles.









miércoles, 25 de octubre de 2017

Y se hizo la luz




Antiguamente el alumbrado público de una ciudad o municipio era a base de faroles alimentados con aceite o petróleo. Este sistema ocasionaba innumerables problemas, ya que  además de la escasa potencia lumínica que tenía, ofrecía una luz en constante movimiento que se apagaba con el viento y que cada poco había que rellenar los depósitos del combustible y encender cada farol a mano.

En 1792, William Murdoch, un ingeniero e inventor británico, utilizó el gas y cambió toda la forma de vida en el mundo civilizado. Comenzó a experimentar con diferentes tipos de gas natural y determinó que el gas producido a partir del carbón era el mejor combustible.

El 24 de junio de 1826 se encendía en España la primera lámpara de gas. El primer testigo de la “nueva luz” fue el laboratorio de la Escuela Química de la Junta de Comercio de Barcelona. El 2 de marzo de 1832 con motivo del nacimiento de la infanta Luisa Fernanda, hija de Fernando VII, las calles y plazas más céntricas de Madrid se iluminaron con faroles alimentados con gas.

El gas permitió dejar atrás un país en el que imperaba la oscuridad durante la noche y benefició a la industria, al comercio y al ocio, pero también a los ciudadanos de a pie, porque ayudó a reducir la sensación de inseguridad que reinaba en las calles mal iluminadas por la noche. El farolero era la persona encargada de encender los faroles de una población y mantenerlos en buen estado.

En el verano de 1881 el rey Alfonso XII visita Comillas (Cantabria), invitado por el marqués de dicha villa y preside un consejo de ministros. Este para magnificar el engalanado de las calles manda colocar unas treinta farolas eléctricas en la calle que llegaba a su palacio y en la fachada de este. De esta manera Comillas puede decir que es la primera ciudad en contar con alumbrado eléctrico, aunque solo fuese por un día.

En mayo de 1890 el ayuntamiento de Jerez de la Frontera, coloca el alumbrado eléctrico en varias calles de su centro histórico, poniendo un total de 22 farolas, que se acaban de instalar en julio de ese mismo año. Se convierte así en la primera ciudad de España en contar con alumbrado eléctrico público. 

Casi a la vez en Haro (la Rioja), se decide iluminar la ciudad con farolas eléctricas, y en septiembre de ese mismo año-1890- se acaban los trabajos de iluminación de las 62 calles de la ciudad, siendo el primer municipio en alumbrar con luz eléctrica todas las calles de su casco urbano.




En Palencia no hubo alumbrado público de gas, se pasó directamente del aceite y del petróleo a la iluminación eléctrica y en abril de 1891 funcionaban ya 278 lámparas, siendo una de las primeras ciudades españolas dotada con alumbrado público eléctrico.

En España, durante algún tiempo convivieron el alumbrado público de gas y el eléctrico, pero finalmente se impuso este último. La última farola de gas en Barcelona se apagó en 1967 y en Madrid en 1972.



lunes, 18 de septiembre de 2017

Más viejo que la Tarara






¿Quién no ha oído el dicho “eres más viejo que la Tarara”? Pero, ¿que es o quién era la Tarara? Vayamos por partes:

La Tarara es una canción popular de corro, de tono burlesco qué al parecer tiene su origen en la provincia de Soria en el siglo XIX, aunque algunos eruditos creen que puede proceder de los judíos sefardíes.  Se bailaba formando un gran círculo con todos los niños y niñas cogidos de las manos y haciendo que el círculo girara en un sentido dando pasos al ritmo de la melodía.

Su forma sencilla la hizo popular en las provincias limítrofes a Soria y pronto adquirió gran fama en el resto de España y propicio que a sus cuatro versos con seis sílabas cada uno, se fueran añadiendo infinidad de estrofas inventadas en distintas épocas y lugares. Tal fama obtuvo esta canción que a principios del siglo XX se generalizó entre el pueblo el dicho “Ser más viejo que la Tarara”.

La canción nos habla de una mujer (Tarara) que se pasea por los campos bailando, con una indumentaria y unas actitudes un tanto raras, tal vez de loca (estar tarará es estar ido).

Podemos encontrar innumerables versiones grabadas de este tema, algunas de ellas de artistas tan distintos como Camarón de la Isla, Ana Belén, Antonio Vega o Marisol y claro está en otras producciones de músicos más ligados a la música tradicional como Joaquín Díaz, Jubal, Ismael o Nuevo Mester de Juglaría.

Federico García Lorca recopiló La Tarara y creó un poema con letra distinta y fue una de las canciones que grabo en un disco junto a la Argentinita en 1931. Se hizo muy popular durante nuestra guerra civil con una versión diferente de la letra. Las tropas “moras” que ayudaron a Franco en su rebelión, la aprendieron en el campo de batalla y una vez terminada la guerra, siguieron cantándola como una canción más, transmitiéndola como algo suyo a sus hijos y nietos y así aparece ahora esta canción española, como una canción popular marroquí más.

Por último decir que en algunas partes como Soria y la Rioja, una tarara es el aparejo que se utilizaba para aventar la mies. También se llama tarara a cierto toque de trompeta.



martes, 29 de agosto de 2017

Para ti la perra gorda



Nuestra lengua es rica en dichos y frases hechas, pero al ser una lengua viva muchas caen en desuso, porque han quedado obsoletas con el paso del tiempo  y son sustituidas por otras más modernas en consonancia con los cambios sociales. Muchas de estas frases aunque olvidadas, siguen teniendo vigencia en la actualidad.
Aquí presentamos una serie de dichos o frases hechas, seguidas de su significado.

A tontas y a locas. Hacer las cosas con poco fundamento.
Adelante con los faroles. Seguir a pesar de las dificultades existentes.
Al enemigo que huye, puente de plata: Debemos facilitarle la huida o la retirada al que nos molesta u ofende.
Al gato goloso se le quemó el hocico. Ser demasiado atrevido o descarado.
Allá penas, allá películas. Que una persona se desentiende de algo.
Cantar las cuarenta. Decir la verdad a alguien, a las claras, aunque no le guste.
Como el que oye llover. No hacer ni caso.
Dar un ojo a la ropa. Enjabonar la ropa, a mano.
Estar medio a las once. Estar o ser un poco atontado
Hay más días que morcillas(o longanizas). No hay que derrochar que el camino es largo.
Hay ropa tendida. Ser discretos, nos pueden oír (sobre todo los niños).
La alegría de la huerta. Persona agradable, se le echa en falta cuando no está.
Levantar la liebre. Descubrir algo que no se sabía.
Llegar a mesa puesta. Llegar tarde, casi siempre por costumbre
Llevarse el gato al agua. Salirse con la suya.
Más corto que el rabo de una boina. Persona poco inteligente.
No perder ripio. Estar muy atento a lo que se dice sin perder palabra.
No todo el campo es orégano. No todo es como parece.
Oler a chamusquina. Tener un presentimiento.
Para ti la perra gorda. Que alguien quiere zanjar una discusión sin darle la razón al otro.
Pegar la hebra. Hablar mucho.
Ponerse como un tito. Comer mucho.
Que cada santo aguante su vela. Cada uno tiene lo suyo.
Quedarse con el culo al aire. Perderlo todo o que te han vendido.
Quedarse con el mochuelo. Llevar las de perder.
Quedarse para vestir santos. Quedarse soltera estando entrada en años.
Salir a la fresca. En las noches de verano, estar en la calle un grupo de personas charlando y sin prisas para ir a dormir.
Ser más falso que una mula. Persona que no sabes cómo va a reaccionar y de la que no te puedes fiar.
Te comen la merienda y te cagan en el morral. Aprovecharse de uno.
Tener cara de no haber roto nunca un plato. Aparentar de buena y no ser tanto.
Tener el culo pelado. Tener mucha experiencia, haber hecho muchas veces lo mismo, saberlo de memoria.
Vete a chiflar (o cagar) a la vía. Quitarse a alguien de en medio para que no estorbe
Vuelta la burra al trigo. Insistir en algo, volver a tratar un tema.







miércoles, 5 de julio de 2017

Apodos colectivos de la provincia de Palencia




Además del gentilicio, con el que se conoce al conjunto de habitantes de una población determinada o de una nación o país concreto, existen otras formas lingüísticas de designación colectiva que no derivan de su topónimo y que Camilo José Cela en su Diccionario geográfico popular de España llama con el tecnicismo de seudogentilicios ,es decir los apodos colectivos o motes que suelen venir impuestos por los habitantes de poblaciones aledañas hacia sus convecinos, llegando a alcanzar a veces tal importancia, que pueden acabar sustituyendo al propio gentilicio.

En la provincia de Palencia existen numerosos motes o apodos genéricos que son apelativos de todo el pueblo. Vamos a hacer  referencia a los más conocidos de distintas localidades palentinas:

Borrachos….Arbejal  - Borriqueros…. San Martín - Botijeros…..DueñasBragados….San Quirce - Bronquineros….Población de Arroyo Bubillos…..Mudá -
Bubuses…..Marcilla de Campos - Buitres…..VillarrobrejoCabezorras…..SantoyoCabritos….Rueda - Cachizos….Herreruela de CastilleriaCaga-fiambreras….TámaraCampurrianos….Aguilar de Campoo- Canastos…Santillana de CamposCarbonerosMantinosChalecones…..Barcenilla -
Chivadores….Hornillos de CerratoChivorras….Cisneros Churrutaos….Villaeles - CigüeñosPoblación de CamposCodines…. Villarrodrigo Corre perros….Santa Olaja - Corvatos….San SalvadorCucos….VillanuevaCuchareteros…..Fresno Escribanos….Guardo
Ferroviarios……Venta de BañosGansos….Ventosa de Pisuerga
Hueveros….Valcabadillo Incorregibles….Becerril del Carpio - Jabalis….Vañes -  Jamarucos…..Cillamayor Judios….Frómista Mamalubuchas…Villalcón– Mantas….Palencia
Mantequeros….Rabanal de los CaballerosMielgueros….VillasirgaMurciélagosLigüerzanaNabos….Monzón de Campos
Ovejas….Vado - Papujos….GramedoPellejeros….VillarramielPerondosVillambrozPigazos….Olmos de OjedaPinchorrerosSan Cebrián de CamposPortugueses…Baños de Cerrato - Potrosos….VillamedianaQuinientos tontos….AmpudiaRaposos….Requena de Campos, Valdespina , Tariego, Lomilla y VerdeñaRopasanta….Quintanadiez de la VegaTasugos….Ledigos Topos….RuesgaTragadores….Carrión de los Condes VacasPedrosa de la VegaVinagreros….Boadilla del CaminoSierpos….ResobaSoperos….Dehesa de MontejoSosos….Prádanos de Ojeda - Yeseros….AstudilloZapitos….PolentinosZorros….Lebanza

Como se ve, los apodos más abundantes son los referidos a nombres de animales y a oficios y profesiones, siendo menos numerosos los relacionados con defectos  y atributos personales.






















lunes, 19 de junio de 2017

Ritos en torno a la noche de San Juan



En torno a la noche de San Juan se han conservado ritos y tradiciones que provienen de antiguas culturas paganas, y que con la llegada del cristianismo la Iglesia católica trato de suavizarlos o hacerlos desaparecer, la mayoría de las veces sin conseguirlo.
Estos ritos tienen que ver principalmente con dos elementos fundamentales para el ser humano: el agua y el fuego.
Para gozar de las virtudes mágicas que esa noche posee el mar, la gente se baña en la playa y baila y salta en torno a la hoguera, que esa noche es el ritual más popular. El fuego protegerá a todo aquel que tenga el valor de atravesar las llamas.

La Noche de San Juan ("Noite de San Xoán" en gallego, "Nueche de San Xuan" en asturiano, "Nit de Sant Joan" en catalán y valenciano, "Donibane gaua" o "San Juan gaua" en euskara), Hogueras de San Juan ("Fogueiras de San Xoán" en gallego, "Donibaneko suak" o "San Juan suak" en euskara, "Foguera de San Xuán" en asturiano, "Fogueres de Sant Joan" en valenciano, "Cacharelas de San Xoan" en gallego o "Sanjuanada", en ciertas zonas de El Bierzo) es una festividad muy antigua en la que se celebra la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte cuyo rito principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito era "dar más fuerza al sol", que a partir de esos días, iba haciéndose más "débil" -los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno-. Simbólicamente el fuego también tiene una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban.
Espectacular es pisar la alfombra de brasas ardientes, como hacen en San Pedro Manrique (Soria), cargando una persona a la espalda.
En Galicia, al saltar la hoguera se grita ¡A meigas fora! al fin de alejar a las brujas durante esa noche y se cantan conjuros para evitar males:

“Salto por encima del fuego de San Juan
pra no me morda nin cobra, nin can”

También en Galicia en las playas de Louro y A Lanzada, durante la noche sanjuanera tiene lugar el llamado” baño de las nueve olas”, principalmente por mujeres que desean quedarse embarazadas: Si se saltan nueve olas de espaldas al mar se eliminan las energías negativas y se potencia la fertilidad femenina. En Navarra  y en Huesca en algunos ríos, se bañan desnudos, pues esa noche el agua es saludable y purificadora.

Pero hay también otro elemento que durante esta noche tiene (o ha tenido) un papel fundamental en estos ritos: la tierra.
De la tierra se sacan  ciertas plantas para colocarlas en un recipiente con agua y lavarse a la mañana siguiente. Es el caso de la verbena, la albahaca, la hierbabuena y el trébol. Se dice que será afortunado quien vea florecer la hierbabuena esta noche, pero debe mantenerlo en secreto, al igual que quien encuentre el trébol de cuatro hojas. La tradición dicta que al amanecer las mujeres se peinan bajo una “garrabera” (rosal silvestre) o recogen la hierba de San Juan (hipérico) con la esperanza de encontrar pareja, concebir hijos o beneficiarse de sus poderes curativos.

Por cierto la costumbre de salir en grupo a recoger la planta de la verbena tuvo tal difusión, que con ese nombre se quedó todo baile festivo nocturno.



jueves, 4 de mayo de 2017

Baile y pandereta




Si hablamos del instrumento de viento que caracteriza a  la música tradicional en Castilla y León, indudablemente tenemos que referirnos a la dulzaina. Pero  en ciertas zonas de la región,  la flauta de tres agujeros o la gaita de fole o de saco han sido los instrumentos  preferidos para tocar por los músicos en los bailes, los cuales constituían la manifestación colectiva más importante que tenían los lugareños  para divertirse y entablar relaciones.

En ciertas comarcas estos instrumentos de viento tuvieron poca o nula presencia, es el caso del Norte de las provincias de León, Palencia y Burgos. Los pueblos y pequeñas localidades norteñas de Castilla y León, tenían dificultades para contar con músicos profesionales para el baile, principalmente por carecer de recursos económicos para su contratación y por el aislamiento natural  en que se encontraban dichas localidades debido a su situación geográfica. Así que los vecinos y vecinas tuvieron que  buscarse sus propios recursos musicales para poder amenizar el baile.

La pandereta fue sin duda la reina de estos bailes, casi siempre ligada a la mujer, aunque en algún caso aislado era tocada por el hombre. Con el nombre de "tocadoras o pandereteras" se conoce a las intérpretes de dicho instrumento de percusión, muchas de ellas ya desaparecidas y herederas de una larga tradición que pasaba de abuela a nieta o de vecina a vecina.

En la zona Norte de Palencia y en las comarcas cántabras de Campoo y Liébana, la pandereta era acompañada por el tambor o caja. Esta combinación instrumental era ejecutada por la mujer a la pandereta y el hombre el redoblante del tamboril. Generalmente en el baile se interpretaban ritmos de baile "a lo ligero", también llamado baile "a lo alto" o  "a lo agudo", que según muchos autores originaria su denominación en los siglos XV y XVI y consistía en ejecutar la danza saltando y brincando, es decir, levantando los pies del suelo. En contraposición a estos ritmos estaban los llamados bailes "a lo pesao", "a lo bajo" o "a lo llano", bailes que se realizaban deslizándose suavemente o sea sin levantar los pies del terreno.


Así pues, estas mujeres además de ejercer como madres y esposas y hacer los trabajos de la casa y del campo, sacaron tiempo y se esforzaron en deleitar a sus vecinos con la pandereta, para que pudieran disfrutar de las sesiones de baile en el pueblo.




jueves, 6 de abril de 2017

"Pardales,Merlús y Tararús"



El "Pardal" de Medina de Rioseco




Desde los tiempos de los romanos, una trompeta anunciaba al pregonero que recorría las calles para citar a las personas que reclamaban los tribunales, y con sus toques silenciaba al pueblo, que con atención escuchaba la sentencia o las noticias que daba dicho pregonero.

Durante la Edad Media solían hacerse representaciones de diferentes episodios de la vida de Jesús, en los cuales la figura del trompetero  precedía a los soldados que escoltaban al nazareno, anunciando el paso de la comitiva y abriéndose hueco  entre el gentío.

Con el paso del tiempo, hacer sonar la trompeta o la corneta,  llegó a ser una costumbre entre las distintas cofradías y hermandades  y  se convirtió en un toque de llamada o de aviso para los miembros cofrades que salían en las procesiones de Semana Santa.

Dentro de las actuales  procesiones de Semana Santa, en Castilla y León , “El Pardal” de Medina de Rioseco, “el Tararu” de Palencia y “el Merlú” de Zamora, son ejemplos claros de los herederos de esta tradición trompetera.

El Pardal riosecano es un instrumentista que anuncia con su trompeta  y con su sonido peculiar de dos notas casi desafinadas, la llamada de gremios, el comienzo de la procesión  o la llegada del reo. También, entre sus funciones, está la de acompañar a un pregonero.
Parece ser que el término Pardal procede de un apellido local según un documento fechado en 1621. Hasta bien entrado el siglo xx, el Pardal tocaba una especie de trompeta natural sin pistones de pequeña campana. Hoy en día utiliza una corneta de llave.
 
"El Merlú" de Zamora
En Zamora el Merlú es el nombre que reciben aquellas parejas de congregantes de la Cofradía de Jesús Nazareno cuya labor consiste en reunir a los demás hermanos para comenzar el desfile procesional.. También serán los encargados de marcar el comienzo y final de la procesión, así como los distintos descansos de los pasos en el transcurso de la misma. Los avisos se realizan mediante el toque de un tambor destemplado y una corneta con sordina.

El Tararú palentino, es el sonido lastimero de trompeta larga que sirve  de llamada de atención o recogimiento al resto de cofrades y
parece evocar a las trompetas romanas que anunciaban las condenas. También se denomina Tararú al penitente que toca la trompeta en la procesión y por extensión se aplica a todos los hermanos cofrades.

El "Tararú" de Palencia


En Palencia es una tradición la llamada de Hermanos, que consiste en que un grupo de hermanos de cada cofradía llaman por la noche a las casas de los cofrades con tres golpes de vara acompañados por el toque de trompeta del tararú, para avisarles de que al día siguiente hay  procesión.


sábado, 4 de marzo de 2017

"Menudo rollo"


Rollo de Ocaña (Toledo)
La repoblación de la Península Ibérica a medida que avanzaba la Reconquista, trajo la aparición de nuevos asentamientos a los que se les dotaba de diferentes alicientes para atraer habitantes a dichos lugares. Así aparecieron los fueros, los mercados y ferias, las exenciones fiscales etc. Al crecer más estos pueblos que los de alrededor pasaban a obtener el título de villa y con ello el derecho a alojar a un representante del poder político que ejerciera de justicia sobre la comarca.
A las villas que dependían directamente de la jurisdicción del rey se las denominaba “de  realengo”,  y  “de señorío “cuando por un decreto real el monarca delegaba el poder en un noble, que lo ejercía en su nombre. Precisamente el símbolo de  ese poder delegado venía representado por el llamado Rollo de Justicia.

El rollo era un símbolo jurisdiccional que se levantaba por orden real en las villas, señalando no sólo el villazgo de la población, sino también el régimen al que se hallaba sometida (señorial, realengo o eclesiástico).
El rollo simboliza la presencia de un poder sancionador, que en los pueblos de señorío correspondía al señor del lugar, pero que en los concejos libres, donde el ejercicio de la justicia era asumido directamente por los vecinos, el rollo debió levantarse con orgullo, como certificado visible que era de la libertad del pueblo y otorgaba a sus habitantes la facultad de castigar por si mismos los delitos que se cometieran en el término, sin otras limitaciones que el respeto debido a la autoridad real.
Detalle del rollo de Villalón
de Campos (Valladolid)

En los rollos españoles hay una gran cantidad de variaciones en su estructura, pero los elementos fundamentales que lo integran suelen ser: una columna cilíndrica o poliédrica, por lo general de piedra caliza o granítica, lisa o acanalada, plantada directamente en el suelo o elevada sobre gradas, coronada por un capitel del que pueden salir distintas figuras a modo de gárgolas. Con frecuencia esta columna aparece personalizada con escudos del señorío y adornos alusivos a la administración de la justicia.

Hay que distinguir entre el rollo como símbolo de jurisdicción (señorial, municipal o real), y la picota, como lugar de ejecución de penas corporales leves que llevaban aparejada la exposición a la
vergüenza pública. La costumbre de utilizar para este fin la misma columna del rollo, pudiera explicar la tendencia al uso indistinto de unos términos que el lenguaje popular convirtió en sinónimos.
Boadilla del Camino (Palencia)

El 26 de Mayo de 1813, las Cortes de Cádiz promulgaron un decreto por el cual ordenan quitar o derruir estas construcciones por considerarlas símbolo de vasallaje de un régimen de opresión de los señoríos jurisdiccionales, pero parece ser que esta orden no se cumplió a rajatabla, ya que hoy podemos disfrutar de estos rollos en muchos lugares de España, sobre todo en Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León
.
“Chapiteles, los de Burgos
vidrieras, las de León,
reloj, el de Benavente
y rollo, el de Villalón”




Rollos en Castilla y León












                                       



viernes, 10 de febrero de 2017

Antruejos,carnestolendas y carnavales




Los carnavales que hoy conocemos poco tienen que ver con los antruejos y carnestolendas de antaño.
La definición de antruejo y carnestolendas hace referencia a los tres días anteriores a la entrada de la Cuaresma, días de bullicio, mascarada, jolgorio, diversión, carnalidad, picaresca, etc.

La palabra carnaval se tomaría del concepto cristiano de la fiesta (validez de la carne ante la Cuaresma), ya que partiendo de una idea semejante se forman dos grupos: el de las Carnestolendas tiempo de privación de carne (tollere) en latín, y obligación de ayuno; y el de Antruejo y otras acepciones similares en portugués y gallego, como tiempo previo a la Cuaresma y por lo tanto de permitido consumo carnal.
Carnestolendas se menciona como palabra usada por los mozárabes y por los cortesanos castellanos ya en el siglo XIII con pequeñas variantes. Posteriormente en el siglo XIV se usa el término “carnal” para designar a estas celebraciones, derivando a lo largo del XVI hacia el término carnaval de clara procedencia italiana “carnevale “.
En cuanto a la palabra Antruejo , entroido, entrudo etc , tan común en viejos textos literarios y con curiosas variantes dialécticas que aun en nuestros días se conservan ,se ha visto como descendiente directo de la palabra latina "introitus".

Las fiestas de carnaval tienen componentes reivindicativos, críticos y burlescos mantenidos a lo largo de los siglos con las lógicas transformaciones de modas y nuevas costumbres, sorteando prohibiciones e impedimentos impuestos por la Iglesia y los gobiernos, especialmente durante la dictadura de Franco.
El pueblo decidió dar rienda suelta a sus instintos y desahogarse comiendo, bebiendo, bailando y fornicando. Luego vendría la Cuaresma con días de ayuno, oración y mortificación.

Lo que parece claro, es que nuestro carnaval hereda muchos componentes de algunas fiestas romanas y medievales tales como inversión de papeles en la sociedad, días dedicados a mujeres, hombres, quintos o mozos, aparición de personajes peculiares (botargas, zancarrones, cipoteros, peropalos y un largo etc.)
La opinión generalizada entre los estudiosos de los ritos y las fiestas, es que este tiempo de antruejo o carnestolendas coincide básicamente con el ciclo festivo de invierno, es decir que el carnaval no empezaba el jueves anterior al domingo gordo (jueves lardero)  y acababa el miércoles de ceniza, sino que el periodo carnavalero comenzaba más o menos en torno a las fiestas de San Antón (“Por San Antón carnestolendas son”) y se prolongaba incluso hasta días después de la Cuaresma (Domingo de Piñata).

Lamentablemente los tiempos modernos han convertido muchos carnavales españoles en un desfile de carrozas con sus correspondientes bailarines y bailarinas acompañados por ritmos de salsa y samba, transformándose en una lastimosa imitación de los
carnavales brasileños.


domingo, 15 de enero de 2017

Por San Antón......

"San Antón, San Antoniño.
San Antón San Antoniño,
Santo que non bebes viño.
Dame forza no carallo,
Dame forza no carallo
Coma o porco no fuciño
."

Una de las fiestas con más tradición dentro del ciclo invernal es la que conmemora a San Antón el 17 de Enero. Este santo llamado San Antonio Abad nació en una población del alto Egipto, al sur de Menfis, el año 251.La vida de este monje tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que estuvo en varias comunidades monacales en Egipto. Se dice que alcanzó los 105 años de edad y que la gente sentía y siente una gran devoción por él, debido principalmente a la gran difusión que ha tenido sus hagiografías (historia de las vidas de los santos).
La iconografía de San Antón nos muestra su figura junto a la de un cerdito, lo cual no deja de ser pintoresco, dado que sus historiadores no nos comentan nada al respecto. Viejas  leyendas y tradiciones nos acercan a este vínculo, que a la postre le llevaran a ser el patrón de todos los animales.

Una de estas tradiciones aún vigente en algunos lugares como  en La Alberca –Salamanca-, es la del marranillo de San Antón. Se denomina así al cerdo que deambula libremente por las calles y plazas de la localidad bajo la protección del santo y que es alimentado y engordado por sus vecinos. Tras pasearse por donde le da la gana durante un tiempo variable según la costumbre de cada lugar, es rifado o subastado y el beneficio obtenido va a parar a las arcas de la cofradía organizadora o para el culto al Santo.

Otra costumbre que ha pervivido hasta nuestra época y relacionada con este santo es la de la bendición de los animales. En Palencia tiene lugar el día 17 de Enero en la Iglesia de San Miguel  y aunque los bendecidos han cambiado (antes se solían acercar caballos, mulas y burros), los animales sobre todo mascotas, hacen de este día  una fiesta muy simpática. Tras la bendición de los animales, la cofradía de San Antonio Abad reparte bolsitas con los típicos panecillos de San Antón, que son unas pastas elaboradas especialmente para esta fiesta.

También relacionado con este santo están las llamadas “refraneras de San Antón”,  versos graciosos muy habituales en los pueblos, y  que son coplas que solían reunir todos los hechos dignos de mención del año anterior en tono satírico y que comenzaban con la frase:
“Oh glorioso San Antón, el diecisiete de Enero……

"Desde el viejo hasta el chiquillo,
el día de San Antón,
se dejan dar un capón,
por comer un panecillo".


San Antón tiene jurado,
por vida de su cochino,
que si no le hacen la fiesta,
vuelve a volar el molino..