En torno a la noche de San Juan se han conservado ritos
y tradiciones que provienen de antiguas culturas paganas, y que con la llegada
del cristianismo la Iglesia católica trato de suavizarlos o hacerlos
desaparecer, la mayoría de las veces sin conseguirlo.
Estos ritos tienen que ver principalmente con dos
elementos fundamentales para el ser humano: el agua y el fuego.
Para gozar de las virtudes mágicas que esa noche posee
el mar, la gente se baña en la playa y baila y salta en torno a la hoguera, que
esa noche es el ritual más popular. El fuego protegerá a todo aquel que tenga
el valor de atravesar las llamas.
La Noche de San Juan ("Noite de San Xoán" en
gallego, "Nueche de San Xuan" en asturiano, "Nit de Sant
Joan" en catalán y valenciano, "Donibane gaua" o "San Juan
gaua" en euskara), Hogueras de San Juan ("Fogueiras de San Xoán"
en gallego, "Donibaneko suak" o "San Juan suak" en euskara,
"Foguera de San Xuán" en asturiano, "Fogueres de Sant Joan"
en valenciano, "Cacharelas de San Xoan" en gallego o
"Sanjuanada", en ciertas zonas de El Bierzo) es una festividad muy
antigua en la que se celebra la llegada del solsticio de verano en el
hemisferio norte cuyo rito principal consiste en encender una hoguera. La
finalidad de este rito era "dar más fuerza al sol", que a partir de
esos días, iba haciéndose más "débil" -los días se van haciendo más
cortos hasta el solsticio de invierno-. Simbólicamente el fuego también tiene
una función "purificadora" en las personas que lo contemplaban.
Espectacular es pisar la alfombra de brasas ardientes,
como hacen en San Pedro Manrique (Soria), cargando una persona a la espalda.
En Galicia, al saltar la hoguera se grita ¡A meigas
fora! al fin de alejar a las brujas durante esa noche y se cantan conjuros para
evitar males:
“Salto
por encima del fuego de San Juan
pra
no me morda nin cobra, nin can”
También
en Galicia en las playas de Louro y A Lanzada, durante la noche sanjuanera
tiene lugar el llamado” baño de las nueve olas”, principalmente por mujeres que
desean quedarse embarazadas: Si se saltan nueve olas de espaldas al mar se
eliminan las energías negativas y se potencia la fertilidad femenina. En
Navarra y en Huesca en algunos ríos, se
bañan desnudos, pues esa noche el agua es saludable y purificadora.
Pero
hay también otro elemento que durante esta noche tiene (o ha tenido) un papel
fundamental en estos ritos: la
tierra.
De
la tierra se sacan ciertas plantas para
colocarlas en un recipiente con agua y lavarse a la mañana siguiente. Es el
caso de la verbena, la albahaca, la hierbabuena y el trébol. Se dice que será
afortunado quien vea florecer la hierbabuena esta noche, pero debe mantenerlo
en secreto, al igual que quien encuentre el trébol de cuatro hojas. La
tradición dicta que al amanecer las mujeres se peinan bajo una “garrabera”
(rosal silvestre) o recogen la hierba de San Juan (hipérico) con la esperanza
de encontrar pareja, concebir hijos o beneficiarse de sus poderes curativos.
Por
cierto la costumbre de salir en grupo a recoger la planta de la verbena tuvo
tal difusión, que con ese nombre se quedó todo baile festivo nocturno.
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