miércoles, 29 de septiembre de 2021

La catedral y la leyenda de San Antolín

 


 

Este año se celebra el 700 aniversario de la colocación de la primera piedra de la catedral de Palencia, pero la llamada “La bella desconocida” tuvo su origen mucho antes.

La historia de la Catedral comienza con un templo de época visigoda construido hacia mediados del siglo VII dedicado a San Antolín. En 1219 se concluye la edificación de la catedral de estilo románico sobre los restos  que habían quedado del templo visigodo después de la invasión musulmana. Esta edificación románica no duraría mucho tiempo, pues el 1 de junio de 1321 se colocaría la primera piedra de lo que sería la catedral de estilo gótico, durando las obras hasta principios del siglo XVI.




La llamada Cripta de San Antolín de la Catedral de Palencia, es lo que queda  del primitivo templo visigodo. San Antolín fue un santo sirio del siglo IV, siendo especialmente venerado en la ciudad francesa de Pamiers. Sus reliquias habrían sido traídas a Palencia por el rey godo Wamba (672-683), olvidadas tras la invasión musulmana y descubiertas por el rey navarro Sancho III.

Sobre la aparición de estas reliquias y la construcción de la catedral, existe una leyenda más difundida que original, que tiene a este rey y a un jabalí como protagonistas.

La leyenda cuenta que el Rey Sancho de Navarra salió de caza por estos parajes, apareciéndosele un hermoso jabalí, el cual al sentirse acosado se refugió en una cueva casi oculta entre los matorrales.

El rey sin pensárselo se adentra en la cueva y ve al jabalí sin escapatoria posible, tensa su venablo  y cuando está dispuesto a disparar, siente que su brazo se ha paralizado y que no puede moverse. Cuando cree que todo está perdido, un rayo de luz ilumina una pequeña imagen de San Antolín. Sancho comprendió que estaba en lugar sagrado  y suplicó protección divina para la curación de su brazo, prometiendo a cambio de su sanación que erigiría un templo en honor del santo. El rey recobró las fuerzas y el vigor de su brazo y en cumplimiento de su voto reconstruyó y repobló la ciudad de Palencia y construyó la primitiva catedral románica.

En la actualidad, la catedral de Palencia conjuga cuatro estilos arquitectónicos, tiene 130 metros de largo y 50 de ancho en el crucero y 43 metros de altura en el ábside, siendo la tercera más grande de España después de la de Toledo y Sevilla, pero a pesar de los tesoros artísticos que tiene en su interior y la grandiosa arquitectura de su exterior sigue siendo “La Bella Desconocida”.