martes, 13 de febrero de 2024

Cogieron los tractores




 

En estos días de Febrero vemos como las carreteras están colapsadas por los tractores de los agricultores y ganaderos manifestándose por lo que consideran justas reivindicaciones: la rebaja de las exigencias de la Política Agraria Común (PAC), el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, el mantenimiento de la rebaja de impuestos del gasóleo agrícola y ayudas por la sequía que sufre España.  Unas movilizaciones que en algunos de los casos tienen un claro matiz político contra los actuales gobernantes, dándose el caso de que muchas no están autorizadas, siendo dirigidas por organizaciones de extrema derecha  que no cuentan con el consentimiento de los sindicatos agrarios.

Estas protestas del mundo rural tuvieron mucho auge durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Transición, si bien algunas reivindicaciones coinciden con las actuales, la mayoría eran distintas a las que se piden ahora. La situación social y política era completamente diferente a la que hay en la actualidad

Durante los últimos años del franquismo se sucedieron numerosos conflictos agrarios, entre los que destacaron las conocidas como “guerras agrarias”, que eran conflictos de ámbito comarcal o regional originados por el precio y/o las condiciones de venta de determinados productos agrarios. Así, en 1973 se produjo la “guerra del pimiento” en la ribera del Ebro y la “guerra del tomate” en la ribera de Navarra; entre 1973 y 1974 la “guerra de la leche” en Navarra, País Vasco, La Rioja y Cantabria; en las campañas de 1974 y 1975 la “guerra del espárrago” en Navarra y La Rioja y conflictos por el aceite en Lérida; en el verano de 1975 la “guerra del tomate” en Extremadura;…. En Castilla, destacaron los conflictos relacionados con el cultivo de la remolacha que se produjeron entre 1973 y 1975 en Burgos, Palencia, Zamora y Valladolid donde, bajo el lema  “NO SEMBRAR REMOLACHA”, se sucedieron protestas más o menos espontáneas (denuncias, plantes,…) que tuvieron su máxima expresión en una manifestación de cultivadores celebrada en Zamora.

La concienciación de los pequeños agricultores fue aumentando rápidamente como consecuencia de la penuria de los precios agrícolas. Las organizaciones agrarias crecieron con fuerza y las “guerras agrarias” y las “tractoradas” se extendieron por toda la geografía española con la gran movilización nacional de la llamada “guerra de la patata”: A  partir del 28 de febrero de 1977 salieron a la carretera más de 100.000 tractores en 28 provincias, destacando Logroño, Álava, Palencia y Navarra.

La movilización supero todas las expectativas una vez iniciadas las protestas, los agricultores fueron más allá de las demandas exclusivas sobre el problema de la patata y expusieron otras reivindicaciones equiparables al resto de los sectores laborales: una política de precios entendida como «salario justo», prestaciones de la Seguridad Social para equipararse con los trabajadores de otros sectores, y una reforma sindical del campo tendente a la configuración de un sindicalismo de clase, democratizando los organismos de representación agraria heredados del    franquismo: Hermandades Locales de Agricultores y Ganaderos y la COSA (Cámaras Oficiales Sindicales Agrarias).

Algunas de esas reivindicaciones, no se han resuelto todavia en el campo español: la mayoría de los agricultores siguen vendiendo a pérdidas ante el abuso de las cadenas de alimentación, que son las únicas que les compran de manera masiva y fijan los precios de los productos. Luego las ayudas no van a parar al que trabaja el campo sino a los grandes terratenientes que explotan al que trabaja sus tierras.Y también está la competencia de los países emergentes, que venden su producción sin tener tantos obstáculos como tienen los productos del campo en España y en La Unión Europea.

El grupo de folk “La Fanega”, supo expresar en varias de sus canciones las reivindicaciones del campo en aquellos años de finales de los setenta.



Fuentes:Movilización y protestas agrarias de Jesús A. Redondo Cardeñoso

archivodelatransición.es

Internet

Propias

 

 


martes, 16 de enero de 2024

De tanto machacar se le olvido el oficio

 

Mazariegos es un pequeño pueblo palentino en plena Tierra de Campos. Dista de la capital 17 Km y a 1 de Enero de 2023 tenía 208 habitantes. En Mayo de 2002 se inauguró en la plaza Mayor el monumento al herrero de Mazariegos, fabricado íntegramente en hierro, chapa conformada y pletinas forjadas. ¿Y qué tiene de particular este herrero para hacerle una estatua en el pueblo?

Veamos: En Palencia (y en las provincias limítrofes) existe un dicho que dice:

"No te pase como al herrero de Mazariegos que de tanto machacar se le olvido el oficio"




Este herrero, ejercía como tal en los primeros años del siglo pasado y además desempeñaba labores de cartero y alguacil del ayuntamiento. Pues bien se dio la circunstancia que tenía que llevar al tren (Mazariegos contaba con estación de los ferrocarriles secundarios de Castilla)  una carta oficial( un oficio),  que el alcalde mandaba al Obispo de Palencia, invitándole a las fiestas del pueblo los días 15 y 16 de Agosto. De regreso del ayuntamiento pasó por la fragua y dejando el papel sobre el banco de trabajo se puso a trabajar unos hierros calentándolos en la fragua y machacándolos con el martillo, estando en esto oyó sonar el pito del tren que salía de la estación, y tirando el martillo grito «de tanto machacar se me olvidó el oficio”, las personas que estaban a su alrededor se hicieron eco de sus palabras, así que el comentario del herrero pronto se propagó por toda la comarca.

Ese año el Obispo de Palencia fue trasladado y en una reunión que tuvo con los alcaldes de su diócesis comento que se despedía de todos incluyendo al de Mazariegos a pesar de que no le había invitado a las fiestas. Este comentario no gusto al alcalde y cesó fulminantemente al alguacil.

Hoy en día apenas existen herrerías, en la provincia de Palencia sobreviven dos, una en Amusco y otra en Acera de la Vega. El oficio de herrero hace años fue imprescindible pues su producción se centraba en objetos para el campo (rejas de arado, rastrillos, palas), piezas para la ganadería (esquilas, marcas para el ganado), objetos de uso doméstico (trébedes, parrillas) y accesorios para la construcción (llamadores, rejas).

De siempre el herrero ha tenido gran importancia y prestigio social, siendo la fragua un lugar muy visitado por todos los vecinos, asociándose este oficio a hechos mitológicos por manejar los cuatro elementos básicos de la naturaleza: fuego, agua, aire y tierra.




Fuentes: Internet

               Piedad Isla