viernes, 29 de octubre de 2021

Hilas,Jilas,Filandones.....

 




Antaño, en el mundo rural la vida en comunidad tenía su mayor esplendor en las estaciones de otoño e invierno una vez que se habían acabado las tareas del campo propias de primavera y verano.

Con el nombre de “hilandera”, “hila” o “velorio” se conoce en la zona Norte de la provincia de Palencia a las reuniones vecinales nocturnas que se hacían para hacer la labor de reducir a hilo la lana y el lino. En Cantabria reciben el nombre de “Jilas”, en Asturias y León “Filandones”, en Galicia “Fiadas”, en Burgos “Hilorios”…..,trabajo de hilado que servía para confeccionar los tejidos que luego serían su sencilla vestimenta.

Pues bien en estas veladas se aprovechaba para entablar conversación y comentar los asuntos del pueblo, contar historias y leyendas, hablar de casamientos y noviazgos y sobre todo una vez que estaban animados se cantaba.

 

“Muchacho si buscas novia

búscala que sepa hilar

que la rueca es un tesoro

sabiéndola manejar”

 

Cuando el ganado estaba encerrado y ya se había cenado, las muchachas solteras con sus madres y las casadas armadas del huso y la rueca, marchaban a la casa en que fuera a celebrarse la reunión. Más tarde llegarían los mozos cantando y haciendo bromas.

Pero no era una actividad ociosa como tal, ya que en ella aparte de hilar a la vez se esponjaba la lana, se trajinaba la rueca, y tras devanar las madejas de lana, se tejían chaquetas y prendas de abrigo.

 

La Iglesia católica legisló y persiguió estas reuniones:

En 1798, Francisco Ubago y Fernández, visitador de varios pueblos de la comarca de Herrera de Pisuerga, se hacía eco de la costumbre de estas veladas, conocidas en dicha zona como “velorios” o “veladeros”: “reina el pestilente y abominable abuso de juntarse muchas mozas solteras a ilar en los que llaman veladeros en los que permanezen desde el principio de la noche hasta fines de ella, a los que igualm(te) asisten los mozos de cuias fuerzas se originan gravísimos pecados y ofensas a Dios de las que en especial serán responsables los padre de familias…

En la visita pastoral de 1723 a Trobajo (obispado de León), el visitador fue informado que “en muchos lugares por las noches se juntan a los filandoiros concurriendo algunos mozos de que se originan graves ofensas a Dios Nuestro Señor con detrimento de las almas, porque su Ilustrísima [el Obispo de León] prohíbe dichos filandoiros y sólo permite pueda concurrir una vecina con otra sin admitir mozos y lo cumplan así pena de dos ducados aplicados para la luminaria de dicha Iglesia”.

 

A pesar de las prohibiciones de la iglesia, estas veladas lograron mantenerse en el tiempo, hasta mediados del pasado siglo. Desaparecieron lentamente, tanto por el cese de la actividad textil como por los cambios que se produjeron en la sociedad rural.

En León se ha conseguido recuperar esta tradición (filandón procede del vocablo leonés "filare", que significa "hilar") y en los barrios y en la provincia se recrean estos filandones .




Fuentes: Museo Etnográfico Piedad Isla, Cervera de Pisuerga

Antiguas tradiciones de Cantabria de Alberto M. Beivide

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