En la antigüedad los romanos cambiaron el calendario y
situaron el inicio del año en el mes de Enero. Anteriormente antes de la civilización
romana, los pueblos se guiaban por el calendario lunar y celebraban la entrada
del año entre finales de Febrero y principios de Marzo. Este acontecimiento era
festejado dando la bienvenida a la primavera en la denominada “Noche de Marzas”.
Las Marzas es el nombre con que se conocen los cantos con los
que se recibe al mes de marzo y a los que las cantan se les llama “marceros”.
Esta tradición de cantar las Marzas actualmente solo se conserva en Cantabria,
Norte de Palencia, León y Burgos y
Asturias.
“A
cantar las Marzas
vienen
los marceros,
como
las cantaban
sus
padres y abuelos.”
Antes el
grupo de marceros estaba compuesto por mozos solteros que formaban una
cuadrilla que se reunía por la noche y salían a recorrer las casas del pueblo.
Cuando llegaban a un portal pedían permiso o licencia para cantar o rezar (por
si en el domicilio había algún enfermo o fallecido reciente).
“Si
nos dan licencia
señor
cantaremos
con
mucha prudencia
las
marzas diremos.”
Después
de cantar o rezar, los marceros eran obsequiados con dinero o con vino y
alimentos por parte de los vecinos de la casa. Con lo recaudado se hacía una
comida, merienda o cena que celebraban "el domingo de comer las
marzas" o domingo siguiente al día en que se pedían.
Las denominadas “Marzas rutonas” o “de ruimbraga” son una
serie de estrofas que se cantaban cuando los dueños de una casa se mostraban
reticentes a donar algo o no abrían la puerta a los rondadores.. Hacían mención
a su mal comportamiento y se decían maldiciones de todo tipo:
“A
los de esta casa
solo
les queremos
que
todas las brujas
les
chupen los huesos.
A
los de esta casa
solo
les queremos
que
sarna perruna
les cubra los huesos.”
“Aquí
vive un andrajoso
cara
de pocos amigos
con
más costra que un piejoso
y
más bujeros que un cribo.”
Como muchas otras tradiciones, “Las Marzas” han tenido que
adaptarse a los tiempos actuales y en los cánticos ya no sólo
participan los mozos, sino todos los vecinos y allegados del pueblo que lo
deseen; incluidas obviamente las mujeres.
En Cantabria, -que es el lugar donde mejor se conserva esta
tradición de las Marzas-, ahora hay más diversidad e inclusión: Cuentan con
coros mixtos, rondas sólo de hombres, grupos de marceros jóvenes, rondas
compuestas por mujeres y rondas infantiles, logrando que no desaparezca este
legado que nos dejaron nuestros antepasados.
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