El truco
o trato y las calabazas terroríficas, se han asentado en España en la noche del
31 de Octubre. La moda del “Halloween” venida de Estados Unidos tiene su origen
en antiguos ritos y costumbres paganas –la más conocida la llamada “Samhain” y
de origen Celta- que con los años derivaron en lo que hoy se ha convertido
dicha celebración, una fiesta al gusto de los americanos que han exportado (o
impuesto) al resto del mundo.
El
calendario celta, que lógicamente nada tenía que ver con el nuestro, se dividía
en dos partes. La mitad oscura comenzaba en el mes de samonios (luna de
octubre-noviembre) y la mitad clara comenzaba en giamonios (luna de
abril-mayo). Para los celtas, el año empezaba con la época oscura, se pasaba de
la luz a la oscuridad, de la vida a la muerte, por lo que en el mes de samonios
se celebraba una fiesta de fin de año y también de fin de la temporada de
cosechas. Esta fiesta era conocida como el “Samhain”.
Para la
religión celta, la muerte era vista como una liberación de la vida terrenal. Se
creía que durante el “Samhain” las puertas que separaban el mundo de los
muertos del de los vivos se abrían, permitiendo la libre circulación,
manteniendo una estrecha relación de los vivos con los espíritus de los
difuntos. Por ello, para tenerlos contentos, se dejaban alimentos en el
exterior de las viviendas, lo que posteriormente derivó en los dulces que los
niños piden por las casas. También era costumbre vaciar nabos y ponerles velas
dentro. En Estados Unidos como les sobraban las calabazas, sustituyeron los
nabos por dichas calabazas.
Esta tradición que heredamos desde el antiguo
rito del Samhain (o Samaín) y que se extendió por buena parte del norte de la
Península Ibérica (lo que hoy conocemos como Galicia y Asturias) dio lugar a
celebraciones dedicadas a los muertos y espíritus -como la Santa Compaña
gallega o la Güestia asturiana- extendiéndose posteriormente por otras regiones
con la expansión de los pueblos Celtíberos. Incluso
la celebración de la fiesta del Magosto parece que tiene su origen en el
Samhain.
Con la llegada del cristianismo la Iglesia
Católica, en su
afán de ‘cristianizar’ todas las fiestas de
origen pagano, aunó todos esos ritos y celebraciones y así en el año 840, el
papa Gregorio IV transforma esa festividad en el “Día de todos los Santos”. La
vigilia de celebración que se hacía la noche previa de Todos los Santos se
llamaba en inglés All Hallow’s Eve. La pronunciación fue cambiando con el paso
del tiempo dando lugar a la palabra “Halloween”, nada que ver con lo que
significa actualmente.
A nivel nacional, la tradición que se ha
mantenido con el paso del tiempo- aunque con altibajos- ha sido la de
representar la noche del 31 de octubre la obra de teatro “Don Juan Tenorio”de José Zorrilla. Parte de sus escenas tienen lugar en un cementerio, entre tumbas y muertos
que vuelven a la vida, de ahí que se ofrezca por estas fechas desde finales
del siglo XIX, aunque su autor la estrenara el 28 de Marzo de 1844 con poco
éxito, al final es la obra más representada en España de todos los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario