lunes, 28 de octubre de 2019

Halloween, Espíritus y Tenorios





El truco o trato y las calabazas terroríficas, se han asentado en España en la noche del 31 de Octubre. La moda del “Halloween” venida de Estados Unidos tiene su origen en antiguos ritos y costumbres paganas –la más conocida la llamada “Samhain” y de origen Celta- que con los años derivaron en lo que hoy se ha convertido dicha celebración, una fiesta al gusto de los americanos que han exportado (o impuesto) al resto del mundo.

El calendario celta, que lógicamente nada tenía que ver con el nuestro, se dividía en dos partes. La mitad oscura comenzaba en el mes de samonios (luna de octubre-noviembre) y la mitad clara comenzaba en giamonios (luna de abril-mayo). Para los celtas, el año empezaba con la época oscura, se pasaba de la luz a la oscuridad, de la vida a la muerte, por lo que en el mes de samonios se celebraba una fiesta de fin de año y también de fin de la temporada de cosechas. Esta fiesta era conocida como el “Samhain”.

Para la religión celta, la muerte era vista como una liberación de la vida terrenal. Se creía que durante el “Samhain” las puertas que separaban el mundo de los muertos del de los vivos se abrían, permitiendo la libre circulación, manteniendo una estrecha relación de los vivos con los espíritus de los difuntos. Por ello, para tenerlos contentos, se dejaban alimentos en el exterior de las viviendas, lo que posteriormente derivó en los dulces que los niños piden por las casas. También era costumbre vaciar nabos y ponerles velas dentro. En Estados Unidos como les sobraban las calabazas, sustituyeron los nabos por dichas calabazas.



Esta tradición que heredamos desde el antiguo rito del Samhain (o Samaín) y que se extendió por buena parte del norte de la Península Ibérica (lo que hoy conocemos como Galicia y Asturias) dio lugar a celebraciones dedicadas a los muertos y espíritus -como la Santa Compaña gallega o la Güestia asturiana- extendiéndose posteriormente por otras regiones con la expansión de los pueblos Celtíberos. Incluso la celebración de la fiesta del Magosto parece que tiene su origen en el Samhain.
Con la llegada del cristianismo la Iglesia Católica, en su
afán de ‘cristianizar’ todas las fiestas de origen pagano, aunó todos esos ritos y celebraciones y así en el año 840, el papa Gregorio IV transforma esa festividad en el “Día de todos los Santos”. La vigilia de celebración que se hacía la noche previa de Todos los Santos se llamaba en inglés All Hallow’s Eve. La pronunciación fue cambiando con el paso del tiempo dando lugar a la palabra “Halloween”, nada que ver con lo que significa actualmente.

A nivel nacional, la tradición que se ha mantenido con el paso del tiempo- aunque con altibajos- ha sido la de representar la noche del 31 de octubre la obra de teatro “Don Juan Tenorio”de José Zorrilla. Parte de sus escenas tienen lugar en un cementerio, entre tumbas y muertos que vuelven a la vida, de ahí que se ofrezca por estas fechas desde finales del siglo XIX, aunque su autor la estrenara el 28 de Marzo de 1844 con poco éxito, al final es la obra más representada en España de todos los tiempos.








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