En la antigüedad el fruto del castaño es decir la castaña,
fue uno de los pilares de la alimentación de gran parte de los españoles, bien
como fruto fresco, seco o molido para hacer harina. Con la llegada del maíz y
la patata de América, la castaña perdió protagonismo en la dieta del pueblo,
pero hoy todavía sigue siendo un alimento importante sobre el cual se mantienen
tradiciones ancestrales.
Al llegar el mes de Noviembre se celebra “El Magosto”, sobre
todo en Galicia, Asturias, Cantabria, León, Zamora, Salamanca y Cáceres, aunque
con distintos nombres: En Cantabria se llama “Las Magostas “y en Asturias El
amagüestu (también llamado magüestu, magostu o amagostu). Parece
ser que la palabra “Magosto” significa “hoguera para asar castañas” y procede
del latín.
La celebración tiene como componente esencial a la castaña:
La gente se reúne al aire libre en torno al asado de castañas. Se festeja que
se acaba el tiempo bueno y llega la época otoñal, siendo sus principales
protagonistas la castaña como elemento que da la vida y el fuego como elemento
que la purifica, lo cual nos lleva a la procedencia de antiguos ritos( quizás al
Samhain, la festividad de origen celta más importante del periodo pagano en
Europa), siendo adoptados por el cristianismo a su manera, ya que con
posterioridad fue asociada a los santos y fieles difuntos, trasladándose y
fijándose como fecha de celebración el día 1 de noviembre, sin perder su primitiva
concepción de conmemoración de la muerte en el recorrido solar anual.Luego la fiesta se ha ido adaptando a las fechas que mejor han convenido a cada municipio, siempre entre últimos de octubre y primeros de noviembre.
Entre los gallegos, se tiene la creencia de que
las ánimas, bajan a calentarse al lado del fuego del magosto. Y cada castaña
comida es un alma que se salva.
En
Asturias se acompañan las castañas con sidra dulce. Al finalizar, las castañas
que sobran se suelen tirar al suelo diciendo: “¡Esto ye pa que xinten los
difuntos!” (En castellano, “¡Esto es para que coman los difuntos!”).
En Cantabria, en algunos lugares durante esa
noche, se deja el fuego del hogar encendido y algunas castañas asadas en la
cocina por si aparecen las almas de los familiares difuntos.
En muchos sitios aparte de las castañas, aprovechando el
fuego se asan chorizos y otras viandas y se prueba el vino nuevo. También los
mozos se tiznan la cara y saltan la hoguera.
Se come, se bebe y se canta en una fiesta en la que suele haber juegos
tradicionales y diversas actividades en grupo.
"No
las quiero, no las quiero,
castañas
de tu magosto,
no
las quiero, no las quiero,
que
me saben al chamosco"
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