Las Ferias y Fiestas de Palencia en honor a su patrono San
Antolín, se venían celebrando después de terminada la cosecha y las faenas agrícolas
del campo, es decir últimos días de agosto y primeros de septiembre. Así ha
sido hasta que hace unos años a nuestros vecinos vallisoletanos se les ocurrió
cambiar su calendario festivo y con ello trastocar las fechas de varios municipios
de la comunidad (el pez grande se come al chico y los feriantes se van a las
poblaciones más habitadas).
Pero dejando polémicas aparte, las Ferias y Fiestas en
Palencia se distinguieron por desarrollarse en torno a tres actividades bien
diversas: Música, teatro y toros. Volviendo la vista atrás, vamos a remontarnos
a las Ferias del año 1900, es decir principios del siglo XX.
En 1900 las Fiestas comenzaron el 1 de Septiembre sábado,
con inauguración de la Feria a las 12 de la mañana con disparo de cohetes y
bombas, gigantes y cabezudos y la banda de música recorriendo las calles de la
ciudad. El Obispo y la corporación municipal, distribuirían 500 pesetas entre
los vecinos más necesitados.
El día 2 domingo y festividad de San Antolín, después de las
dianas amenizadas por la banda de música y dulzaineros del país, se procedió a
los cultos religiosos en honor del patrono en la santa iglesia catedral, con
asistencia de las autoridades municipales.
A las cuatro de la tarde corrida de toros con los matadores
Francisco Bonal y Antonio Montes. A las 8 de la tarde iluminación del paseo y
jardines del Salón de Isabel II, con lanzamiento de globos grotescos y baile
amenizado por la banda municipal de música.
Durante los días siguientes y hasta el día 6 hubo prácticamente
lo mismo: dianas y pasacalles, toros,
conciertos musicales por la Banda Municipal y bailes de sociedad en las sociedades
de recreo. También se ofrecieron una colección de fuegos artificiales y
acuáticos a orillas del rio Carrión. Y una sesión gratuita en el Paseo del
Salón de Cinematógrafo Mágico.
Todas las noches de la temporada de Feria, en el Teatro
Principal actuó la gran compañía del Teatro Lara de Madrid con su nuevo
repertorio. Por cierto los abonos para doce funciones costaban 180 pesetas las
plateas y 30 las butacas.
Así mismo los días 2,3 y 4
hubo Ferial de ganado y se situaron puestos de quincalla y bisutería en
la Calle Mayor Principal.
Como se ve, unas Ferias sencillas de acuerdo a aquella época
y a las posibilidades económicas de que disponía un municipio que contaba en dicho
año con 15610 habitantes.
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