jueves, 22 de marzo de 2018

La Lágrima de Medina de Rioseco


La Semana Santa de  Medina de Rioseco (Valladolid), goza de una fuerte tradición popular que se remonta a finales del siglo XV. Cuenta con gran prestigio, ya que sin entrar en detalles religiosos, es una fiesta llena de un rico patrimonio cultural y artístico en la que participan todos los riosecanos  y está considerada desde hace años de interés turístico internacional.

La música en la Semana Santa riosecana, tiene su máximo apogeo, cuando la Banda de Música interpreta “La Lágrima”. Esto ocurre en la tarde-noche del Viernes Santo en el momento que salen o entran de “la Capilla de los Pasos Grandes” los dos pasos más voluminosos y pesados de las procesiones riosecanas: “La Crucifixión” y El Descendimiento”, conocidos popularmente como “El Longinos” y “La Escalera”.



“La Lágrima”-llamada así por el sentimiento de emoción que deja en los que la escuchan- es en realidad una marcha fúnebre, dedicada al General Don Leopoldo O’Donnell” compuesta por Enrique Arbós y Adami, músico militar nacido en Santiago de Compostela en 1831 y estrenada  el 10 de Noviembre de 1867 por la Banda del Regimiento Infantería Inmemorial del Rey Nº1, siendo Arbós el Músico Mayor o responsable musical de la misma.

No se sabe con exactitud cuando llegó esta pieza a Medina de  Rioseco, pero los riosecanos la adoptaron como suya, asociándola al evento más espectacular de su Semana Santa, la salida de los Pasos Grandes, de forma que la marcha fúnebre parece compuesta exclusivamente para la salida y recogida de estos conjuntos escultóricos. Tanto es así que la partitura se adecuó a este instante y en algún momento concreto se escribió una cadencia final (para así no repetir prácticamente toda la composición); también se modificó el tempo, interpretándose la obra lentamente con la finalidad de que la sección viento metal más grave coincidiese con el momento en que la Cruz del paso del Longinos o el Brazo de Nicodemo comienzan a traspasar el dintel de la puerta de la capilla; es decir, de algún modo se ajustó el punto culminante de la pieza al momento crucial de la salida de estos pasos.

Paso del Descendimiento (Procesión de la Soledad, 1902)

El pueblo que está espectante enmudece, los cofrades que no van a sacar el paso quiebran el sonido de los primeros compases de “La Lágrima” mediante abrazos y gritos de ánimo hacia los cofrades que han de sacar a pulso y con mucho esfuerzo,cada uno de los dos colosales pasos por una estrecha y no muy alta puerta. Los aplausos del público asistente, tapan la melodía interpretada por la banda y finalmente los pasos salen al exterior de la capilla, al llamado Corro de Santa María.


“La Lágrima” se encuentra muy difundida entre la comunidad gremial y se ha convertido en himno del cofrade riosecano, acoplándose diversas letras de coplas populares a la música de esta marcha fúnebre, como la que ponemos como ejemplo que es la más difundida:








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