Las fiestas en el medio rural se articulaban en torno a las
faenas del campo y a los ciclos estacionales del año, todas ellas provenientes
de antiguas culturas paganas y que con la llegada del cristianismo se
convirtieron en festividades religiosas.
Los Mayos son fiestas ancestrales que se celebraban por toda
España. Recuerdan los rituales del culto
al árbol: planta sagrada que significa poder y fuerza. La
fiesta mayumea fenicia exaltaba la primavera. Posteriormente, estas costumbres
fueron asimiladas por nuevas civilizaciones prerromanas, como la celta. La
festividad celta de Beltane marcaba el comienzo de la temporada cuando el ganado se llevaba hacia los pastos de verano.
De ahí la adoración de los fenómenos terrenales: tierra, mar y aire.
Estos rituales fueron seguidos por los romanos en su
adoración y culto a multitud de dioses. También asimilaron esta tradición
mayumea en honor de la llegada de la primavera y de las primeras flores del
año, el día que corresponde con el actual primer día de mayo. Todo poblado
romano tenía además de los dioses oficiales los propios autóctonos. En Hispania
se adoraba a la diosa Bona Dea, también llamada Maya, Maia o Fauna, diosa de la
fertilidad en la mitología romana con la que se celebraba la llegada de la primavera.
Seguramente esta tradición sufrió variaciones con la llegada de la civilización
árabe a los campos de Castilla, como la manifestación en cantos o rondas a la
persona amada. Más tarde la Iglesia Católica las convirtió en “Cruces de Mayo”
o en otros casos “mes de María”.
En un texto anterior del 30-04-2013 hablamos de lo que era pinar
el mayo: “poner un gran árbol pinado en la plaza del pueblo para que los
mozos suban a coger un trofeo puesto en la picota”, mientras las
muchachas les animaban desde abajo bailando y cantando en torno al árbol.
Estas
celebraciones han dado lugar a un tipo de canciones populares llamadas también
Mayos, y que generalmente se cantan y se cantaban a partir del 30 de Abril por
toda la geografía del país. Los mozos salían a cantar los mayos para rondar a
las mozas en sus casas. Estas tenían sus puertas y ventanas engalanadas con
flores, ramas y guirnaldas. La moza rondada o "maya" quedaba obligada
a invitar al mozo a una buena merienda.
Ya
estamos a treinta
del
abril cumplido,
mañana
entra mayo
de
flores vestido.
A
cantar el mayo
vengo
a tu ventana,
si
me das licencia,
hermosa
madama.
Así
pues los mayos son fiestas primaverales, no solo porque se celebren cuando los
campos se muestran más brillantes, sino porque recuerdan los rituales
ancestrales de culto al árbol en civilizaciones que manifestaban su adoración a
sus dioses y lo que estos significaban en fiestas conmemorativas de exaltación
de acontecimientos que para aquellos hombres tenían trascendencia, tales como
los cambios de estaciones.
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