Parece ser que donde
comenzó a cultivarse la vid de una forma intensiva fue en la antigua
Mesopotamia, pero fueron los fenicios los que la introdujeron en España junto
al olivo. Luego siguieron griegos y romanos.
Con
la caída del Imperio Romano 476 d.C. y las invasiones bárbaras el cultivo de la
vid fue reducido aunque no llegó a desaparecer, por el contrario en España con
la invasión musulmana en el año 711 d.C. y pese a que el Corán prohíbe el
consumo de alcohol, el viñedo eleva sus hectáreas de cultivo.
Pero
el auge del vino fue gracias a la religión cristiana ya que la sangre de
Jesucristo fue asumida al vino. Los grandes maestros del vino no fueron otros
que los frailes y monjes de la edad media, en ellos nacieron vinos como el
Champagne.
Así
el vino ha estado ligado a nuestra cultura y nuestras tradiciones, siendo
protagonista principal de comidas y
cenas, compañero de fiestas, animador de reuniones y elixir de la garganta
cuando está se encontraba seca. Con él y por él se han hecho innumerables “brindis”.
En nuestra lengua brindis es la acción de
brindar y también lo que se dice al brindar; en este segundo sentido puede
consistir en una simple exclamación, en una alocución espontánea e improvisada,
o en un discurso poético conocido de memoria por quien brinda.
Asi
que sea en vaso o en copa, en porrón o en bota, aquí van unos brindis cortos
para quien los quiera usar. ¡Salud compañeros!
-¡Oh vinillo jerezano,
hijo de la parra tuerta,
tú que te quieres meter
y yo que te abro la puerta!
-Con este vaso de vino
que tomo en esta reunión
parece que tengo en mis
manos
un tesoro superior.
Es tanto lo que me gusta
que siento que se me
acabe
porque no habrá en la
reunión
quien otro vaso me
pague...
-Por el vino el que bebe
se emborracha,
el que se emborracha,
duerme,
el que duerme no peca,
el que no peca va al
cielo,
si por el vino al cielo
vamos,
bebamos.
-Por esta copa
cristalina
tengo que beber el vino
para que de hoy en un
año
tengan los novios un
niño
-Brindo por el vino,
brindo por el blanco,
tinto y clarete,
y por Noé
por ser el santo que al
vino
primero le dio el ser.
-Por ellas, por las más
bellas
por las del culo ancho y
cuello estrecho,
por las que nos ofrecen
sus labios desinteresadamente,
aunque estén llenas de
telarañas,
por ellas, por las
botellas.
-Un gato subió a una
parra
y la parra abajo vino;
y vino sobre nosotros
y sobre nosotros ¡vino!
-Vino, vinillo, sano
alimento.
¿Que haces ahí fuera?,
vente pa’dentro.
-Vino de la cepa albilla
que entra por la boca
y sale por la
pichorrilla
-El vino blanco es mi
primo,
el tinto, mi pariente,
no hay bodega en el
Bierzo
donde no encuentre a mi
gente.
-Vino vinin, de la copa
copin,de la cantincopa.
El que no diga tres
veces:
Vino vinin, de la copa
copin,de la cantincopa,
no beberá ni gota.
¿De dónde eres?
De Villarramiel.
¿Vecino?
De Gibraltar
¿Dónde tienes la casa?
En la plaza.
¡¡Caramba!! Junto a mi
casa.
¿ la viña?
En la cuesta.
¡¡Caramba!!, junto a la
nuestra
¿Cómo se llama tu mujer?
María.
¡¡Caramba!!, como la mía.
¿Y tu hermana?
Ana.
¡¡Caramba!!, como mi
hermana.
Y cómo es que siendo de
Villarramiel
vecino de Gibraltar;
teniendo la casa en la plaza,
caramba junto a mi casa;
y la viña en la cuesta,
caramba junto a la nuestra;
y llamándose tu mujer María,
caramba como la mía, y
tu hermana Ana,
caramba como mi hermana.
¿Por qué no nos conocíamos?
Porque no bebíamos.
Para que nos conozcamos,
BEBAMOS.
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