viernes, 22 de marzo de 2013

Lo echamos a suertes



Antes de empezar a jugar a los juegos tradicionales, los chiguitos  procedían a echar a suertes para elegir los jugadores que componían los equipos o para designar  a aquellos sobre los que recaía una función especial en el juego.
Generalmente, se echaba a suertes con unas retahílas que eran una especie de juego que precedían  y anunciaban el juego principal al que se iba a jugar. La base de estas retahílas solía ser caprichosa y muchas veces sin sentido, como corresponde a los juegos en edades infantiles, eso sí, con un ritmo acentuado y muchas veces recitado o cantado, con una buena dosis de disparates.

-Una dole, tele, catole, quile, quilete
estaba la reina en su gabinete
vino Gil apagó el candil
candil candilón, civil y ladrón

-Debajo de un puente
había un penitente
fue Jaimito tocando el pito
tócalo bien que viene el coronel
tócalo mal que viene el capitán

En las retahílas, cada palabra o a veces cada sílaba correspondía a una persona. Se sorteaba en sentido de las agujas del reloj, aplicándose a  cada jugador, la palabra o el conjunto de sílabas en que se desglosaba cada retahíla.
Si las retahílas son alargadas, suele corresponder al principio una palabra o incluso un verso por persona, para ir, poco a poco, menguando, hasta que llega a corresponder finalmente una sílaba.
Algunas retahílas gozan, paralelamente, de un carácter de trabalenguas, uniéndose así junto a la función ritual de echar a suertes, la educativa de agilizar el desarrollo verbal.

-Pon panate
puta pi,
tape, tape, nuse,
pon panate,
puta, pi,
tape, tape, ti.

- Un gato se cayó a un pozo,
las tripas le hicieron ¡plaf!
Arre, moto, piti, moto,
arre, moto, piti, pa.

Como las retahílas de echar a suertes han ido pasando de generación a generación, de boca en boca (tradición oral), hay bastantes diferencias entre unos lugares y otros, aunque la base sea la misma. Veamos un ejemplo:

En Asturias:                                                         En Madrid:                      

“Pito, pito, gorgorito                                 “Pinto, pinto, gorgorito    
dónde vas tu tan bonito                            saca la vaca de veinticinco
a la acera verdadera                                ¿En qué lugar? En Portugal      
 toma esta flor y afuera”                          ¿En qué calleja? En la Moraleja  
                                                                     esconde la mano
                                                                     qué viene la vieja”


En León:                                                                En Aragón:

“Pinto, pinto, gorgorito                            “Pito, pito, colorito
vende las vacas a veinticinco,                  dónde vas tu tan bonito.
y los bueys a veintiséis,                             A la acera verdadera
y saben arar, retejar                                     pin, pon, fuera”         
dar la vuelta a la redonda                        
Periquito que se esconda”




Después de echar a suertes se comenzaba a jugar, y entre juego y juego los niños y niñas aprendían a convivir y organizarse en grupo, lo contrario  de lo que ocurre  ahora desde que llegaron las “pleiesteision”….



Fuentes: Colección de juegos infantiles: Echar a suertes de Víctor Manuel López López, Internet





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