sábado, 16 de marzo de 2013

El Motín del pan de 1856






En 1854, una epidemia de cólera azotó el norte de Castilla, diezmando campos y aldeas, y como consecuencia despoblando tierras que precisaban del necesario laboreo para las cosechas. En Febrero de 1856, se daba término a la Guerra de Crimea, lo que provocó la caída del precio del trigo que había subido gracias a la necesidad de aprovisionar a los ejércitos y países contendientes.

La cosecha del año 1856 fue muy mala, lo que hizo subir los precios de los alimentos y en especial el del pan. Como consecuencia se produjo un enriquecimiento de comerciantes y especuladores, aumentando el número de mendigos y reproduciéndose la epidemia del cólera.

La primera zona en revelarse por estas injusticias fue Benavente, pero el motín más significativo fue el sucedido en Valladolid, el 22 de junio de 1856, donde el ayuntamiento, conocedor del descontento existente en la población, bajó los precios del pan para así calmar los ánimos de los mismos. Pero esa mañana lo que se puso en venta, no fue suficiente para cubrir la demanda, y al no poder cubrir todos los pedidos , las panaderas aprovecharon para encarecer el pan, lo que ocasiono la riña entre una de las vendedoras y una clienta conocida como “La Madrileña”. La situación de éstas acabó en tumulto, iniciando una protesta que movió alrededor de doscientas mujeres que pedían la bajada de precios en los alimentos básicos y la anulación de las aduanas a la entrada de la ciudad, para así terminar con las tasas que se pedían a las mercancías y por las cuales encarecían los productos, para llevar sus quejas ante las autoridades locales, se dirigieron a las Casas Consistoriales. El grupo a medida que avanzaba fue aumentado en número y la situación acabó en motín, y la muchedumbre tiro al gobernador civil al canal de Castilla, una vez apedreado y herido con arma blanca. Pero los disturbios se propagaron a ciudades como Palencia, Medina de Ríoseco, Burgos, Benavente y Salamanca.

La necesidad de atender el levantamiento de Valladolid, impidió que las autoridades palentinas contasen con el suficiente apoyo de tropas tras declarar el estado de sitio, ya que el 23 de junio se quemaron varias fábricas de harina, entre ellas la más importante llamada de “Las Once Paradas” al otro lado del rio en la capital palentina.
La revuelta conocida como  “El motín del pan” acabo con el garrote vil o el fusilamiento (según se tratase de mujeres u hombres respectivamente) de doce personas en Palencia, entre ellas Dorotea Santos, que se había erigido en una de las principales incitadoras del motín.

Se quemaron 9 fábricas de harina : tres en Valladolid, tres en Medina de Rioseco y otras tres en Palencia. Hay que tener en cuenta que la industria harinera de Castilla y León, contaba con 60 fábricas, representando el 35 % de todas las de España.
En total parece que 21 personas fueron ejecutadas  en  Castilla y León  . Otras 61 murieron en las cárceles. Pero se sabe que hubo muchos más porque sus muertes ni siquiera se inscribían en los registros eclesiásticos.
Estos sucesos cayeron en el olvido de los historiadores, y en ciudades como Valladolid o Palencia, no hay una triste placa que recuerde a tantos ajusticiados que sólo reclamaban el derecho al pan diario.



Fuentes: -Palencia,aprendiz de capital de Rafael del Valle Curieses
-Los hermanos de Rebeca de Javier Moreno Lázaro
-Internet


3 comentarios:

  1. Gracias Tradicionarius, por esta publicación, que nos ayuda a conocer la historia de nuestra ciudad, y sobre todo a desmentir el falso mito de q las gentes de Castilla somos resignadas ante las injusticias de la clase dominante. Necesitamos muchas Doroteas Santos.

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  2. Gracias Tradicionarius por esta publicacion, que nos acerca la historia del pueblo Castellano y que no es resaltado por que no interesa a la casta dominante que se repita. Desmiente ademas el falso mito de que el pueblo Castellano es un pueblo resignado y que baja la cabeza ante las injusticias. Necesitamos muchas Doroteas Santos.

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  3. Perdona por no haber contestado a tu comentario antes, tienes toda la razón,siempre han querido vender la idea del castellano conformista y poco luchador, pero para demostrar lo contrario no hay más que ir a los hechos y ver a mucha gente que lucha y se compromete en esta tierra nuestra con los demás.Una forma es esta, no olvidando nuestra cultura, nuestras costumbres y tradiciones.

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