La
localidad de Baltanás se encuentra ubicada en la comarca del Cerrato palentino,
siendo la capital histórica del Cerrato Castellano. Antiguamente fue
Cabeza de la Merindad del Cerrato por orden de los Reyes Católicos.
En
1936 cuando se produjo el levantamiento militar contra el gobierno legalmente
establecido, Baltanás tenía 3000 habitantes y el municipio estaba regido por el
alcalde comunista Santiago Rodríguez Díez de profesión zapatero y propietario
del “Salón Novedades”. Hombre muy activo y reformista social, ayudo a crear una
biblioteca y una escuela de adultos. Al tener conocimiento en el pueblo de la
sublevación militar, se organizan patrullas que
vigilan y controlan el orden público y detienen a algunos vecinos falangistas y fascistas
requisándoles las armas que tenían en su poder. No hay que lamentar ningún tipo
de violencia por ninguna de las partes.
El
día 20 de julio llegan las tropas militares a Baltanas y comienza la represión,
las venganzas y las muertes. El alcalde junto con otros tres compañeros
consigue huir a Madrid, pero su mujer y su hija maestra de 19 años serán
asesinadas, así como muchos vecinos del pueblo ( 62 fusilados o asesinados) y más de un
centenar que padecieron años de prisión.
Una
de las familias que sufrió la brutalidad de la represión fue la conocida como
“Los Adrián”. Segundo Adrián y sus hijos Antonio, Ramón, Jesús y Domingo
formaban una cuadrilla de músicos, que principalmente tocaban la dulzaina, pero
que no le hacían asco a otros instrumentos de viento (trompeta, clarinete,
saxofón) y a las percusiones (caja, bombo, batería). Fueron unos grandes
músicos que hicieron innovaciones en la dulzaina para poder acompañarse de
otros instrumentos.
Varias
veces se negaron a tocar en lugares donde no estaba estipulado que tenían que
tocar como en la misa mayor del pueblo, ya que ellos habían sido contratados
para el baile, por lo que ante la amenaza del alcalde de no pagarles sino
tocaban en el templo se marcharon a sus casas, dejando al pueblo sin música en
las fiestas.
Del
16 al 18 de julio estuvieron tocando en las fiestas del Carmen de Cevico
Navero, el lunes 21 se encontraban en Baltanas y fueron detenidos Antonio,
Domingo y Jesús, siendo trasladados a la cárcel de Palencia, para ser fusilados
el 10 de marzo de 1937. Antonio contaba 41 años, Domingo 27 y Jesús 25.
Ramón fue el único
hermano músico que quedo vivo. A él se deben (entre los años 1934 y 1935) las
construcciones de dulzainas más largas
de las normales (43cm y 18 llaves) hechas con madera de ébano que
adquiría en Bilbao, torneándolas con una máquina de coser reconvertida en
torno, fundiendo las llaves de alpaca en crisoles de barro con un soplete de
boca (debido a lo cual enfermó del pulmón). La terminación de las llaves la
hacía repasándolas a lima y puliéndolas posteriormente. Parece ser que estas
dulzainas reducían el esfuerzo a la hora de tocarlas y aunque el tono era más
grave tenían mucha más sonoridad. Se decía que incluso estaba desarrollando una
familia de instrumentos basados en la dulzaina, pero tras la muerte de sus
hermanos ya no volvió a la fabricación de ningún instrumento.
Ramón Adrián murió en Madrid en 1977
a la edad de 76 años.
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