Las composiciones navideñas interpretadas en el medio
rural y por lo tanto las que gozaban de más éxito popular, abarcaban diversos
géneros musicales y poéticos tales como romances, rondas, coplas, aguinaldos
etc., fundiéndose todos ellos en el canto navideño por excelencia: “El
villancico”.
Parece ser que el origen del villancico no es tan popular
como se cree, siendo un canto profano (villancico se dice que viene de
villano), se empezó a cantar en entornos eclesiásticos y sustituyó a los responsorios
que se cantaban en el servicio de maitines de la Navidad.
En los actos litúrgicos, el pueblo no entendía las letras
que eran cantadas en latín, con lo cual era muy complicado convencer a los
feligreses de lo que se decía y cantaba. Así que empezaron a componer cantos en
las lenguas vernáculas de cada país y región. Por lo tanto el villancico como
canto navideño nace como un género sacro en lengua vernácula. Por extensión
posteriormente se conoció con el nombre de villancico a toda canción popular
navideña.
Muchas veces las composiciones provenían de narraciones
largas cuya temática no se refería a fechas determinadas del calendario.Sirva
de ejemplo el villancico “Madre a la puerta hay un niño” que en versiones más
completas se refiere a episodios evangélicos del niño Jesús perdido y hallado
en el templo (hechos ocurridos bastante más tarde de su nacimiento). Esto pone
de relieve que de romances o historias más largas, se tomaron a través de las
diversas transmisiones tanto orales como escritas, los episodios más significativos,
acortándose el relato al tema principal.
Las primeras recopilaciones de villancicos que existen
datan del siglo XV y se conservan en el Cancionero de la Biblioteca Colombina
de Sevilla. En el siglo XVI encontramos el Cancionero de Upsala y el Cancionero
de la Casa de Medinaceli, cuyo contenido principalmente son recopilaciones de
villancicos, encontrándonos ya un número muy apreciable con temática religiosa,
junto a los más numerosos de tema profano.
En el siglo XVIII, los villancicos están plenamente
introducidos en la Iglesia y se componían para las fiestas de Navidad, Reyes,
Corpus y la Purificación de la Virgen.
Tenían carácter participativo de los fieles a través de representaciones
teatrales, lo cual origino problemas ya que acabó en excesos teatrales y
júbilos desmedidos, fue prohibido de las iglesias al ser
considerado como un tipo de obra libertina y hasta hereje. Solo un siglo
después retomó su popularidad: el villancico asumiría un ambiente más rústico y
familiar, lejos de las iglesias,( aunque más tarde retornase también
a ellas) lo cual ha trascendido hasta la actualidad.
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