Cuando
apareció el ferrocarril en España en la segunda mitad del siglo XIX, tuvo
muchos detractores. Se decía que el exceso de velocidad no podía ser bueno y
que provocaría vértigos en los viajeros, que las chispas que saltaban de la
máquina provocaban incendios en los campos. Otros se lamentaban de que el nuevo
medio de transporte provocaría la desaparición de muchas profesiones y
actividades tales como las de arrieros y carreteros. También que tendrían que
cerrar muchas posadas y ventas dedicadas a los viajeros de las diligencias y a
los transportistas que usaban animales de carga y tiro.
En su construcción,
se le pusieron muchas dificultades en el paso por las fincas y caminos,
alegando que en caso de guerra las estaciones en las proximidades de las
poblaciones suponían un grave peligro, por lo cual en los trabajos de
explanación se sucedieron diversos atentados contra los empleados y las
instalaciones ferroviarias.
Algunos
de estos temores se cumplieron, pero el tren también dio prosperidad a muchos
pueblos y supuso modernización, rapidez y eficacia en las comunicaciones entre
los distintos territorios por los que discurría.
Y así
poco a poco, el tren fue calando entre la gente y se convirtió en un elemento
cotidiano, pasando a formar parte de nuestras vidas. Fuente de inspiración de
novelas, más tarde de películas y recogido en bastantes cantares populares de
los cuales ponemos algunos ejemplos:
Es tanta la virulencia que lleva el
ferrocarril
que se planta en hora y media de Molledo a
Portolín
qué noche más penosa pasé yo en el balcón…
esperando a mi mozuca que me dijo que
venía,
que me dijo que venía, que venía y no
vinió,
qué noche más penosa pase yo en el balcón…
No está aquí mi amante
no está aquí mi amor,
no está aquí mi amante
que está en la estación,
que está en la estación
esperando al tren
no está aquí mi amante
ni quiero que esté.
(Popular de Cantabria)
Los pintores de Vitoria han terminado ya de pintar
las estaciones de Achuri y las de San Sebastián.
Guía, guía, maquinista, con toda velocidad,
que la máquina con retraso va a llegar
y nos vamos a Vitoria a pasar el Carnaval.
(Bilbainada popular)
Yo me subí a un pino verde
por ver si Franco llegaba
y sólo vi al tren blindado
lo bien que tiroteaba.
Anda jaleo, jaleo, jaleo,
silba la locomotora
y Franco se va a paseo.
Yo marché con el tren blindado
camino de Andalucía
y vi que Queipo de Llano
al verlo retrocedía.
Anda jaleo, jaleo, jaleo,
silba la locomotora
y Queipo se va a paseo.
Por tierras altas de Burgos
anda Mola sublevado,
ya veremos cómo corre
cuando llegue el tren blindado.
Anda jaleo, jaleo, jaleo,
silba la locomotora
y Mola se va a paseo.
(“El tren blindado”, guerra civil española)
Descarriló el tren expreso
una mañana de abril
y aquel descarrilamiento
hizo a Adelina feliz
ella vendole la frente
y lo cuidó como a un niño
y él que era guapo y valiente
jurole eterno cariño.
Y luego cuando a la noche
viole partir en el tren
con voz de carne membrillo
así le dijo al doncel:
¡Adiós, amor, buen viaje!
¡Adiós, que lo pases bien!
¡Recuerdos a tu familia!
Al llegar, escríbeme
No te olvides del retrato
mándame la ilustración
y no olvides que te espera
La niña de la estación.
(“La niña de la estación” de León y
Quintero)
Viajar en tren (Bis)
Es lo mejor (Bis)
Si tiras del cordel (Bis)
Se para el tren (Bis)
Llega el revisor (Bis)
Se enfadará (Bis)
Y nos echará para bajar del tren, (Bis)
(“El tren” canción infantil)
De todos los medios de locomoción modernos, ninguno ha tenido mayor influencia en el cine y en la música popular que el ferrocarril, probablemente porque su historia y su desarrollo industrial fueron decisivos en la formación de los Estados Unidos de América.
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