jueves, 13 de junio de 2013

Los Cantos de Trabajo en el campo



Antes de que el tractor sustituyese al arado y el transistor a la voz humana, hubo un tiempo en que por los campos de Castilla (y en general de España entera), se veía  al labrador tras la pareja de mulas o bueyes, acompañarse de melodías que le hacían más grata la faena, así cada labor agrícola o ganadera tenía su propio canto.

Los cantos de trabajo son el compañero leal del segador que cruza Castilla en el estío, del labrador que siembra su tierra en el otoño o de los mozos que, entre risas y flores, van al molino cada tarde, cuando el verano ya cae. Según su nacimiento y según sus características reciben nombres diferentes, así son Aradas las que se cantan tras la pareja y el arado, son Cantares de trilla los que se desgranan en las eras, son Tonadas de acribar el muelo las que se entonan al ritmo del movimiento del cedazo, son Cantos de segadores aquellos que se lanzan al viento mientras se cercenan las mieses ya maduras...Del mismo modo que vemos una gran variedad de tipos hallamos, igualmente, un amplio abanico de actitudes y condiciones, desde la canción desenfadada, festiva, hasta el recio son de réplica social o la dulce tonada amorosa.


Ya se va aponer el sol                           Ya se va a poner el sol
detrás de esa cotorrera                         detrás de esa cotorrilla
se entristecen los amos                         iremos en casa el amo
y se alegran las obreras                        que nos de la pesetilla


(Eusebia Ibáñez, Villovieco (Palencia)




Los cantos de trabajo son esencialmente una muestra de comunicación oral  producto de una verdadera improvisación  en su nacimiento, nacen como fruto de una situación y perduran aquellos que producen un mayor impacto o repercusión y el pueblo mismo señala los límites y las características de cada canción. Son de ritmo libre, muy propicio para la improvisación, basándose su melodía  en modos antiguos propios de nuestro carácter. Si a los romances, las canciones, las coplas...podemos fijarlos e incluso, difundirlos por escrito, los cantos de trabajo pierden toda su fuerza, condición y esencia cuando los desplazamos de su medio de expresión propio: El medio rural y las diferentes faenas del campo.





Fuentes:
Cancionero de Palencia II  de Joaquín Diaz
García Mateos, Ramón Revista de Folklore
Cancionero de Agapito Marazuela
Cancionero de luis Guzmán Rubio
Internet






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