Las tradiciones en España durante la Semana Santa suelen ser muy ricas y
variadas, pero quizás las que mayor nos caracterizan con respecto a otros
países, son los desfiles procesionales, con sus pasos y cofradías y su música,
que solo se escucha durante esta época del año.
Las bandas de música juegan un papel fundamental en las celebraciones de
Semana Santa en España. Suelen tocar marchas procesionales que evocan
sentimientos de reflexión y solemnidad. Estas bandas, compuestas por músicos
que tocan instrumentos de viento y percusión, acompañan a las procesiones,
creando un ambiente único y emotivo.
Existen dos tipos de
formaciones muy diferenciados que son el de Bandas de Cornetas y Tambores y el
de Agrupaciones Musicales. Las diferencias entre ellas son muy diversas
partiendo desde el instrumental con el que hacen su música, las composiciones
que interpretan, etc. Las Agrupaciones poseen un mayor número de instrumentos y
la voz principal la componen las trompetas, además de que la percusión es más
completa y la carga armónica de las voces graves es mayor. Sin embargo, en las
Bandas de Cornetas y Tambores, la voz principal la llevan las cornetas,
sirviendo los demás instrumentos para crear la armonía y los contrapuntos de la
obra.
La
marcha procesional se creó en la segunda mitad del siglo XIX y lo hace bajo el concepto
de marcha
fúnebre, como forma musical muy recurrida
durante dicha centuria, albergada bajo la corriente estilista del Romanticismo. De ella emanaron
grandes composiciones que posteriormente, y debido al escaso repertorio a que
tuvieron que enfrentarse las primeras bandas de música, fueron adaptadas,
siendo tocadas en las procesiones de Semana Santa.
Se
considera a José Gabaldá Bel,
quien fuera director de la Banda de la Guardia Real en Madrid, uno de los
primeros autores en componer expresamente música para la Semana Santa. Su serie
de marchas fúnebres, entre las que se encuentran las tituladas «El llanto» o
«Soledad», acompañan a la adaptación de
la marcha fúnebre de la ópera Ione del maestro Enrico Petrella.
Ejemplo de la transformación
de marcha fúnebre en Marcha procesional es “La Lagrima”. “La Lágrima”-llamada así por el sentimiento de
emoción que deja en los que la escuchan- es en realidad una marcha fúnebre,
dedicada al General Don Leopoldo O’Donnell” compuesta por Enrique Arbós y
Adami, músico militar nacido en Santiago de Compostela en 1831 y
estrenada el 10 de Noviembre de 1867 por la Banda del Regimiento
Infantería Inmemorial del Rey Nº1, siendo Arbós el Músico Mayor o responsable
musical de la misma. La partitura se adecuó a la salida de los llamados
“Pasos Grandes” de la Semana Santa de Medina de Rioseco.
También
una marcha procesional puede ser un tema popular que debidamente arreglado es
interpretado por una banda acompañando a las procesiones, es el ejemplo de “La
Saeta” de Serrat que es pieza casi obligatoria en toda la Semana Santa
española.