martes, 23 de diciembre de 2014

La Pastorada

Pastorada de Añoza

La  Pastorada  puede considerarse una obra teatral popular representada por los pastores que escenifican pasajes del nacimiento de Jesús y el anuncio del mismo por parte del ángel a los pastores en Belén. Se llegaron a representar en todo el territorio peninsular y están consideradas como una reliquia del teatro medieval, retocada y modificada a partir del siglo XVIII con el añadido de romances y canciones tradicionales
En algunos lugares también se la conoce como Corderada y se representaba en el interior de las iglesias y en diferentes épocas estuvieron prohibidas en los templos por los murmullos y risas  que provocaban entre los fieles.
La Pastorada en la provincia de Palencia estuvo extendida sobre todo en la Tierra de Campos, la zona más occidental de la Vega de Saldaña y en la comarca de la Peña, territorios pertenecientes a la antigua diócesis de León. A pesar del gran desarrollo que alcanzó, hoy en día solamente se representa en Terradillos de los Templarios , de la mano de un grupo de entusiastas vecinos que presentan la obra todos los años en diferentes localidades de la provincia, y en su propio pueblo aunque no de manera anual, sino cuando lo creen conveniente. Siguen en cierto modo la costumbre antigua, extendida en muchas localidades, de representar la obra no todos los años sino cuando un particular quería ofrecerla (y ofrecía una cordera) por alguna merced recibida o cuando se juntaba un grupo de vecinos con interés de hacer una actividad lúdica en el pueblo.

El desarrollo teatral de la Pastorada, tenía lugar de manera similar a como hoy en día se sigue realizando en el pueblo de Terradillos delos Templarios: los participantes de la representación se juntaban en el ayuntamiento e iban camino de la iglesia cantando villancicos como "A Belén llegar"  interpretando seguidamente "En el reino de Judea" a las puertas de la iglesia, tema con el que se pedía la licencia y se entraba en la iglesia ofreciendo la cordera. A continuación se dirigían a sus lugares de actuación y empezaba la misa del gallo. Concluida ésta, se iniciaba la representación con el primer cántico del ángel al que seguía la sorpresa y admiración del Rabadán. Luego seguían las ofrendas por parte de los pastores y por último la despedida.

Pastorada de Terradillos de los Templarios

Los pastores, actores destacados de la obra, se vestían con indumentaria propia de su oficio: zamarras, morrales, leguis, cachavas, mientras que la pastora y la zagala vestían un manteo encarnado de paño del país y una pelerina sobre los hombros. Las cachavas de los pastores iban ese día especialmente decoradas con cintas, flores y lazos de colores dada la fiesta que suponía acudir al Nacimiento.


En síntesis, la Pastorada es un auto dramático navideño que relata el anuncio del ángel y la adoración de los pastores quienes ofrecen al Niño una cordera. Esta suele ser regalo de algún devoto que agradece así, públicamente, los favores recibidos durante el año; aunque la cordera se ofrezca en un marco con trasfondo navideño, el destinatario no es el Nacimiento, como sería lógico, sino la Virgen de mayor devoción en la localidad. 




sábado, 6 de diciembre de 2014

Al amor de la lumbre


Trébede




























Ahora que llegan los fríos, como apetece estar sentado cerca de una buena lumbre, contemplando como arde la leña o como saltan chispas del fuego.
Esta lumbre antiguamente estaba situada en el eje del hogar: “la cocina”.
La cocina era el centro de la casa ya que en ella además de hacerse las comidas, era el único sitio que se disponía de calor continuo, por eso era el lugar donde se hacía la vida.
En la cocina estaba la hornacha o lumbre baja, atizada con leña, sobre la cual se asentaba la trébede. La trébede era un espacio o poyata grande, construida sobre la hornacha que calentaba la cocina y servía para sentarse y hasta tumbarse al calor. También se denomina trébede a la parrilla de hierro redonda con tres patas que se usa para poner sobre ella los pucheros y guisar en la boca de la hornacha. Más tarde vinieron las cocinas económicas también conocidas como bilbaínas alimentadas por leña y carbón.

Cocina bilbaina


Mención aparte merece destacarse La gloria, un sistema de calefacción que, consta de tres partes fundamentales: el hogar o boca por donde se introduce y “enroja” la paja, tamuja o sarmientos que sirven de lento combustible (se sitúa generalmente en la cocina o en el pasillo que comunica la vivienda con el corral); una serie de galerías que recorren, bajo el suelo de la casa, las principales dependencias; y una chimenea o humero empotrada en el muro, por donde sale el humo.

Calentador
Para calentar las demás estancias de las casas, sobre todo las habitaciones, se utilizaban utensilios que transportaban el foco calórico a dichos puntos. Por ejemplo los calentadores de latón, formados por un recipiente donde se colocaban las brasas de la lumbre y un largo mango de madera, que eran pasados por las sábanas de la cama.

Destinados a calentar la habitación o la sala en general estaban los braseros y calderetas.

Volviendo a la cocina, en ella se disponía gran cantidad de útiles y herramientas relacionados con la lumbre: Fuelle, badil, gancho, paletón, tenazas……
Y en la cocina al amor de la lumbre, tenían lugar las reuniones nocturnas después de la cena. En animada velada con la familia y los vecinos, se cantaban romances y coplas, se contaban cuentos que pasaban de padres a hijos y se hacía un repaso de todos los acontecimientos de la comarca. Mientras en el exterior, el frio y los primeros copos de nieve, anunciaban un duro invierno.