martes, 16 de septiembre de 2014

“A buenas horas, mangas verdes”


Cuando llegábamos tarde para hacer una tarea ó cuando ya no había remedio para ayudar en algo, nos solían decir: ¡A buenas horas, mangas verdes! Muchas veces nos preguntábamos que significaba lo de las mangas verdes, ya que el color de nuestra indumentaria no era ese en dicho momento.


El origen de este dicho hay que buscarlo unos cuantos siglos atrás, concretamente en los tiempos de los Reyes Católicos. Isabel de Castilla y Fernando de Aragón crearon un cuerpo de seguridad encargado de prestar auxilio ante cualquier altercado o incidencia, la Santa Hermandad. Fue instituida en las Cortes de Madrigal de 1476 (siglo XV), unificando las distintas Hermandades que habían existido desde el siglo XI en los reinos cristianos. 

La Santa Hermandad se encargaba de juzgar y castigar los delitos, especialmente los cometidos fuera de la ciudad, es decir en zonas rurales. Los soldados de este cuerpo llamados cuadrilleros porque prestaban sus servicios en cuadrilla o grupos de cuatro hombres, tenían una vestimenta que estaba compuesta  por un uniforme con coleto (vestido de piel que cubre el cuerpo) y mangas de color verde.

Al principio empezaron prestando un buen servicio a la sociedad, pero se ganaron  la fama de impuntuales: Casi nunca llegaban a tiempo para castigar a los malhechores. Cuando acudían a poner orden ya había pasado todo y  no hacían falta. Entonces recibían a los cuadrilleros de la Santa Hermandad con la frase “a buenas horas, mangas verdes” y así quedo el dicho como símbolo de inoperancia, tardanza o inutilidad.

Se considera que la Santa Hermandad fue el  primer cuerpo policial organizado de Europa.  Fue disuelta oficialmente en el año 1834 a través de una ley aprobada en las Cortes. Diez años después de la desaparición de la Santa Hermandad se creó la Guardia Civil en gran parte inspirado en ella, un cuerpo de seguridad heredero de la Santa Hermandad que curiosamente conserva el color característico en su indumentaria: el verde.