martes, 26 de noviembre de 2013

Afilador y paragüero


-Cuando se oía el sonido característico de la “chifla” del afilador, los chavales se agolpaban para ver saltar las chispas de la piedra de afilar.-
El oficio de afilador fue un oficio característicamente ambulante, que llego a contar con su propia lengua o jerga: “el barallate”, con el cual se entendían entre ellos.
Se sabe de la existencia de afiladores ambulantes desde hace más de tres siglos, generalmente procedentes de la provincia de Ourense y sobre todo de los municipios de Castro Caldelas, Esgos, Chandreixa de Queixa, Nogueira de Ramuín, Pereiro de Aguiar, San Xoán de Río y Xunqueira de Espadañedo.

 Se trasladaban a pie por los caminos de España, primero transportando a sus espaldas la tarazana, un curioso e ingenioso artilugio del afilador, y más tarde rodando. Era una rueda enorme, casi como de carreta, rodeada de una armazón de madera y una gran correa. Para afilar, la estructura se convertía en una base que apoyaba en el suelo, con lo que la gran rueda subía y quedaba libre. Se acoplaba una correa de cuero y mediante el pie, dándole a un pedal, el afilador estaba listo para hacer girar las ruedas de afilar, teniendo las dos manos libres para manipular los utensilios a los que necesitaba renovar el filo. Además de afilar cuchillos, navajas, tijeras, hoces y demás herramientas, arreglaba paraguas, cazuelas y otros utensilios domésticos. Mientras hacia su trabajo, el afilador solía dar noticias de lo que ocurría en las localidades que había visitado y contaba  mil historias a los allí congregados.


El “chiflo”ó “asubiato” era el reclamo que usaban los afiladores para llamar la atención. El mejor es el de madera de boj. Pertenece a la familia de los instrumentos conocidos como” flautas de pan”. El número de agujeros es variado y generalmente solían tocarlo con una sola mano mientras con la otra empujaban la rueda. El afilador emitía melodías breves, incisivas, brillantes, potentes, sonoras, rematadas en un relampagueante arpegio de notas graves a agudas. Años más tarde, el plástico sustituyo a la madera y al latón en  la construcción de estos instrumentos.

En la segunda mitad del siglo XX la emblemática” rueda o tarazana” fue sustituida por herramientas más modernas, como la bicicleta o la motocicleta, modificadas de forma que en su parte trasera llevan montadas el esmeril mecánico con una piedra de afilar .






sábado, 16 de noviembre de 2013

Los apodos en los pueblos


Según el diccionario de la Real Academia, Apodo es el nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia.

El apodo en los pueblos, es una manifestación de ingenio y buen humor que no suele darse en las capitales y menos en las grandes urbes. En el campo es muy difícil encontrar una persona que no tenga apodo.

Suele ser hereditario,  pasado de padres a hijos y llevado con orgullo y honor, -aunque no siempre- dependiendo del significado del apodo. Con el paso del tiempo y el uso, el apodo pierde efectividad y carece del ingenio y la frescura con la que fue creado. Por ejemplo, en Frómista (Palencia), vieron hacer sus necesidades a un varón encima de un tejado, y se quedó con el apodo de Cagatejados”, a sus descendientes les siguieron llamando los Cagatejados, aunque estos  nunca se subieron a lo alto de los aleros a tirar de pantalón.

Se daba la circunstancia, de que en pueblos pequeños, casi todos los vecinos eran parientes y a la hora de casarse había un cruce de apellidos: Los García y los Pérez abundaban, con tres o cuatro apellidos estaba servido todo el pueblo  y para distinguirse  se echó mano de los apodos, los motes y los nombres raros.

Muchos apodos hacían referencia a la fauna animal, bien porque tenían cualidades similares a los animales o físicamente se parecían a ellos: El Gato, El Mona, El Canario, Ratón Corito, Pajarillas, El Pardal, Ratasabia…..
Otros tomaban su nombre del mundo vegetal: Caracebolla, El Lechuga, Los Geranios, El Tío Bellota,…. Otras veces hacían referencia a aspectos físicos o cualidades de las personas: El Cojito, Chaparro ,El Vinagre, Zapatones, El Tarugo…..
También se ponían apodos a los procedentes de otros lugares: El Pasiego, El Tío Francés, El Ruso, Los Moritos….Y muchas veces, los apodos eran tomados de las profesiones o trabajos que  realizaban: El Adobero, La Cestera, Chatarrilla, El Piqueta, El Trenero....
Mención aparte merecen los apodos generales que les ponían a los habitantes de determinados pueblos : A los de Dueñas Botijeros, a los de Frómista Judios, a los de Medina de Rioseco Cagacoches etc...

Muchas veces el apodo anulaba al nombre de pila, es el caso  del dulzainero de Peñafiel (Valladolid) Teodoro Perucha, que fue más conocido por “Pichilín”, apodo que le acompañó en vida y muerte, pues al ser más popular por el alias, aquél figuró incluso en su recordatorio de defunción junto al nombre que le dio la Iglesia y el apellido de su rama familiar.
Por cierto, en el mundo de la dulzaina y tamboril se han usado mucho los apodos para denominar a los ejecutantes, así recordamos por ejemplo a “Los Melgos”, “Los Baratos”, “Los Talaos”, “Los Silverios”….

Todo un mundo campestre queda reflejado en los apodos, incluidas las creencias tradicionales, expresadas en algunos de ellos como “duende” y “bruja”; propios de una sociedad en la que se mezclan lo divino y lo profano, donde perduran antiguas creencias. Los apodos expresan algo más que un individuo en concreto, reflejan la vida cotidiana de la sociedad tradicional. 

Hoy en día, el apodo con carácter rural se va perdiendo poco a poco, en una sociedad totalmente globalizada, nos acordamos  del apodo que tiene un jugador de baloncesto de la NBA  y no del que en su día pusieron a nuestro abuelo en el pueblo.



¨Los Silverios¨







domingo, 3 de noviembre de 2013

Refranero de Noviembre



Noviembre viene de novem (‘nueve’ en latín), por haber sido el noveno mes del calendario romano. Es un mes típicamente otoñal.
En entrando noviembre, quien no sembró que no siembre
Por todos los Santos nieve en los altos; por San Andrés hielo en los pies
Del veinte de Noviembre en adelante, el invierno ya es constante
Por todos los Santos, los trigos sembrados y todos los frutos en casa encerrados
El veranillo de San Martín dura tres días… y fin
Si en noviembre oyes que truena, la siguiente cosecha será buena
En noviembre, haz la matanza y llena la panza
Racimo de noviembre, ni el gocho lo quiere
Por San Andrés, el vino nuevo añejo es
Por San Eugenio las castañas al fuego, la leña en el hogar y las
ovejas a guardar