lunes, 28 de octubre de 2013

Los hacejeros del Monte el Viejo





El Monte el Viejo constituye, el más importante patrimonio natural con que cuenta la capital palentina. Es una parte de los páramos denominados Montes Torozos en el margen derecho del río Carrión, a unos 7 kms al suroeste de la ciudad. Tiene una altitud media de 862 metros sobre el nivel del mar y se extiende a través de 1.435 ha. constituido por vegetación autóctona: encina carrasca y quejigos fundamentalmente, acompañados de algunos rodales de distintas especies de pinos fruto de recientes repoblaciones.

El Monte el Viejo fue vendido al concejo y al cabildo de la ciudad por Alfonso VIII en 1191, como una segregación del monte de Dueñas y con la condición de que los ciudadanos se aprovecharan de sus recursos.
 La ciudad de Palencia aprovechó los beneficios que ofrecía el monte, como su leña, sus pastos, su caza y el carbón que obtenía de la leña hasta el año 1953 que fue declarado monte de utilidad pública.


El uso tradicional prioritario fue el aprovechamiento de la madera, para lo cual se hicieron reglamentaciones afín de que las talas se llevaran a cabo de una forma racional y evitar que todo el monte sufriera una poda indiscriminada. Se dividió el monte en 18 partes llamadas rozas, cuyos nombres han variado a lo largo de los años, limitándose el corte en estas rozas a los meses que estaban fuera del periodo de floración.
Una de estas rozas era cedida para su explotación a los más pobres de la ciudad por medio de la Beneficencia .Eran elegidos en los periodos en que faltaba trabajo, con la condición de que la leña obtenida se bajase del monte “a costilla”, sin utilizar carruajes ni animales para su transporte.
Así que al hombro y con muchos kilos de peso, cargados con los haces de leña, los más necesitados llegaban a la ciudad dispuestos a venderla. Ha estos hombres se les denominó “Hacejeros”, palabra derivada de haz, que es la porción atada de leña. Al atajo que cogían para subir y bajar  al monte a por la leña se le llamo “camino de los hacejeros”. Este camino empieza en el pago de La Carbajala y termina en otro pago del monte llamado  Prado de Valderroblero. Estas entregas de leña se mantuvieron hasta la mitad del siglo XX, castigándose la picaresca de vecinos no necesitados que subían con animales de carga a recoger leña.

Como complemento al aprovechamiento de la leña, se practicaba el carboneo en “las camperas” que son espacios abiertos donde se procede a la combustión lenta de la leña, que dispuesta en una pira, se recubre de tierra, dejando unas pequeñas chimeneas para el tiro.
Se producía un carbón vegetal menudo, llamado cisco o picón, que se utilizaba para calentar las casas por medio de braseros y estufas.

En la actualidad “El Monte el Viejo”, es utilizado por los palentinos para disfrutar del espacio en sus ratos de ocio pues cuenta con piscina municipal, pistas deportivas, rutas de senderismo, una zona de mesas y barbacoas, un cercado con ciervos que ocupa 52 hectáreas y bares y restaurantes para reponer fuerzas.


domingo, 20 de octubre de 2013

LA VENDIMIA


Prácticamente todos los pueblos de la Antigüedad hicieron vino, aunque con técnicas muy distintas a las de hoy. Lo que sí sigue igual es el proceso de recogida de la uva, la vendimia, que se realiza cada año en casi todas las regiones de nuestro país.
De hecho, la uva fue la primera fruta cultivada por el hombre y, desde entonces, le rendimos culto en todas sus formas. Recién recolectada como fruta fresca, fermentada como vino o vinagre, deshidratada como fruto seco... Incluso de sus semillas, prensadas, se obtiene un aceite con propiedades gastronómicas y cosméticas.

Con los meses de septiembre y octubre llega el otoño, y también la recolección de la uva, la vendimia se realiza cuando las uvas tienen el grado de maduración suficiente, sin llegar a la sobre maduración.
La operación de la vendimia se realiza por corte a mano con una cuchilla curva llamada "corquete" o “tranchete”. El vendimiador coloca su mano izquierda bajo el racimo y con la otra mueve la cuchilla  en sentido ascendente contra el extremo del raspón. El racimo cae suavemente sobre su mano y lo pasa a los cestos de recogida, que son envases troncocónicos, de unos 20 Kg. de capacidad, abiertos en su trenzado, pues son de hebras de castaño entrelazadas y en algún caso de mimbre. Recientemente los hay de goma, de igual forma y capacidad.
Antiguamente, una vez llenos de uva los cestos se llevaban hasta el punto donde estaban situadas las comportas, que son envases de madera de 100 Kg. de uva de capacidad. Y estas comportas, a su vez, eran cargadas en caballerías, en carro o en remolque. Actualmente la carga y transporte es en remolques tirados por tractor.

Es muy importante para la calidad del vino el tiempo que transcurre desde que se corta la uva hasta que ésta entra en la bodega. Cuanto menor sea ese tiempo, más probable es que el vino sea de gran calidad.
El proceso de la recogida de la uva también se puede hacer de forma mecánica, sin embargo, toda mecanización conlleva sus desventajas: las máquinas no recogen la uva entera y a menudo rompen muchos granos, lo que puede desembocar en un proceso de vinificación de menor calidad. Por eso, la vendimia tradicional sigue teniendo fervorosos defensores, sobre todo los agricultores que quieren mantener vivo el campo, repitiendo un proceso ancestral que recuerda otros tiempos y que hace recordar que el campo sigue vivo.

Antes, la vendimia suponía la concentración de gentes de la comarca y de fuera de ella: los vendimiadores venían de diferentes lugares, favoreciendo el intercambio cultural y folclórico, sonando distintos cantos de trabajo (cantos de vendimia) mientras se hacía la faena de la recolección de la uva.

-VENIMOS DE VENDIMIAR
DE LA VIÑA DE MI "AGUELO"
Y NO NOS QUIERE PAGAR,
PORQUE HEMOS ROTO EL PUCHERO-

-YA SE VA PONIENDO EL SOL
VENIMOS DE VENDIMIAR
QUE NOS DEN LO PROMETIDO
UN CESTILLO Y EL JORNAL-

Cada año, la vendimia se encargaba de cerrar la temporada de cultivo de la vid; y tras el trabajo, tocaba celebrar la buena cosecha por todo lo alto, organizándose bailes y fiestas al acabar de vendimiar.

Actualmente las fiestas de la vendimia se realizan en muchas localidades de España, siendo una muestra del carácter y las costumbres populares típicas del mundo del vino.




sábado, 12 de octubre de 2013

DAR LA CENCERRADA


No hace mucho tiempo, en los pueblos de Castilla y León y en otros muchos de España, había costumbre de festejar de una manera especial las bodas entre contrayentes viudos. Se conocía popularmente como “dar la cencerrada” y en otros lugares “dar la matraca”. Básicamente consistía en hacer ruido con cencerros y otros aparatos sonoros, ante las parejas de viudos que se iban a casar en el pueblo.

Aunque existían diferentes variantes, por regla general la víspera de la boda, el pueblo y en especial los mozos, se armaban de cencerros, almireces, calderos rotos, botes llenos de piedras y cualquier instrumento que pudiese hacer ruido, y se llegaban delante de la casa del viudo o de la viuda que se iba a casar y allí se pasaban la noche armando el mayor escándalo posible, hasta que el novio, pagaba una cantidad de vino que fuese del agrado de los rondadores. Otras veces incluso después de haber recibido el vino continuaban con su serenata.

La segunda parte venia el día de la boda. Los mozos, enganchaban dos burros o dos bueyes a un carro, en el que colocaban también un palio hecho con sacos rotos, o mantas viejas y remendadas. En el palio ponían adornos alusivos a los motes que tuviesen los contrayentes. Hacían subir  a los novios, y así, a paso lento, iban recorriendo el pueblo calle por calle, hasta llegar a la iglesia. La comitiva estaba formada por unos mozos, que iban delante del carro, revestidos grotescamente de curas,, otros de sacristanes, los cuales llevaban a modo de incensarios calderos rotos en los que quemaban excrementos de perro, gato, gallina, pimentón y guindillas, y con ellos iban incensando a los pobres viudos. Rodeando el carro por todas partes el resto de la juventud con cencerros.
Otra variante consistía en montar a los novios en un burro y pasearlos por el pueblo, naturalmente dándoles la cencerrada.

Parece ser que era frecuente que se produjeran altercados y en ocasiones hubo heridos e incluso muertos.
En el pueblo de Traspinedo (Valladolid), el 29 de Julio de 1917 se casó un viudo y los mozos le organizaron una cencerrada contratando los servicios de un dulzainero. Al parecer al novio le sentó mal que le dieran por la noche la cencerrada  y saco una pistola y disparo varios tiros al aire, pero uno de ellos fue a dar en el pobre dulzainero que murió en el acto.

Las autoridades prohibieron las cencerradas y hasta dieciocho años después no se volvieron a celebrar.

viernes, 4 de octubre de 2013

REFRANERO DE OCTUBRE



Octubre es el décimo mes del año en el calendario gregoriano. Su nombre deriva de haber sido el octavo mes del calendario romano .

En Octubre, toma los bueyes y cubre
En Octubre de la sombra huye, pero si sale el sol cuídate de la insolación
En Octubre no molesta la lumbre
Por la Virgen del Pilar comienza el tiempo a cambiar
Por levante, la inundación hace en Octubre su aparición
La luna de Octubre siete lunas cubre
Agua de Octubre, las mejores frutas pudre
Cuando Octubre truena, viento lleva
Octubre vinatero, padre de buen Enero
El labrador para Octubre sus deudas cubre      





Canción de octubre
Venid, vendimiadores,
estrujadme esta voz
de eternidad y fiebre,
de silencio y clamor.
Tengo el alma dispuesta,
vendimiadores, voy
llenándome los ojos
de pámpanos con sol.
Venid, ángeles míos,
que todo maduró
dentro de mí y me pesa
la luz del corazón.
¡A la flor de la uva,
a la flor,
que en el mar de mi sangre
voy sintiendo el amor!"

GARFIAS LÓPEZ , FRANCISCO