martes, 30 de abril de 2013

Pinar el mayo





Pinar el mayo, colgar el mayo, la puesta del mayo, pingar el mayo o plantar el mayo son expresiones para denominar una tradición milenaria que todavía se conserva en muchos pueblos de Castilla y León y en otras regiones de España y también de Europa.
Se trata de poner un gran árbol recto (pino, chopo, haya, etc.) que previamente han cortado los mozos, desramado y quitado la corteza, en un lugar del pueblo. Puede ser en la plaza o enfrente de la iglesia.  Con orgullo se tiene en los pueblos el lucir, el más alto, recto y grueso de los árboles.

Arriba con vuestro Mayo
mozos de la bizarría
y arriba con vuestro Mayo
y vuestra capa florida


El último día de abril o el primero de mayo los mozos  colocan un gran árbol que en su punta está adornado con una copa de ramas o flores. A veces las mozas colocan en su penacho un trofeo como por ejemplo rosquillas. También se coloca una bandera en lo alto del árbol.Una vez pinado el Mayo los jóvenes tienen que subir para coger el ramo para asi conseguir el galardón de las mozas. Para dificultar la subida se le untaba de sebo o grasa.

Majo, si quieres la rosca
el del valor escogido
tienes que comer más sopas
y echar más tragos de vino

Una vez conseguido el trofeo, la alegría continuaba en el baile con tonadas propias alusivas al mayo.
Los orígenes de estas tradiciones vienen de los fenicios y griegos.
El sentido es de celebración de la primavera y de adoración a la tierra. En algunos pueblos, actualmente se celebra el primer sábado o domingo de Mayo.






Fuentes: Cancionero de Luis Guzmán Rubio y Carlos A. Porro
Internet










lunes, 22 de abril de 2013

ALZARSE EN COMUNIDAD



La llegada de Carlos V a la Península para hacerse cargo de la Corona, la introducción de un amplio séquito de extranjeros, sus reiterados intentos, a veces conseguidos, de corromper a representantes de ciudades castellanas en las Cortes para que le concedieran las ayudas económicas necesarias para conseguir sus sueños imperialistas, el fortalecimiento del poder de la alta nobleza, fueron los principales detonantes que hicieron saltar la rebelión.
Las ciudades se alzaban en comunidad (de ahí el nombre de guerra de las Comunidades).
Alzarse en comunidad significa derrocar de sus cargos a los personajes puestos por el rey  y elegir otros nuevos entre los ciudadanos. Está norma se aplicó no solo a los dirigentes civiles sino también a los jefes militares.
Al movimiento comunero se le considera como el primer alzamiento popular de  los tiempos modernos que reivindicaba la conquista de las libertades y permiten definirlo como preferentemente-aunque no exclusivamente- urbano y castellano.
Cuando las fuerzas comuneras que contaron en todo momento con un enorme apoyo de todas las poblaciones, se decidieron a dar la batalla de Villalar, la suerte estaba echada: la alianza de las tropas del emperador y la de la mayoría de la nobleza feudal, fueron los factores que a pesar de la heroicidad de los sublevados, determinaron la derrota el 23 de Abril de 1521.

CASTILLA, CANTO DE ESPERANZA                                                          
1521
y en Abril para más señas,
en Villalar ajustician
a quienes justicia pidieran.
¡Malditos sean aquellos
que firmaron la sentencia!
¡Malditos todos aquellos
los que ajusticiar quisieran
al que luchó por el pueblo
y perdió tan justa guerra!
Desde entonces, ya Castilla
no se ha vuelto a levantar
¡ay, ay!
no se ha vuelto a levantar
en manos de rey bastardo
o de regente falaz,
¡ay, ay!
o de regente falaz,
siempre añorando una junta
o esperando un capitán
¡ay, ay!
o esperando un capitán.
Quién sabe si las cigüeñas
han de volver por San Blas,
si las heladas de Marzo
los brotes se han de llevar,
si las llamas comuneras
otra vez repicarán:
cuanto más vieja la yesca,
más fácil se prenderá,
cuanto más vieja la yesca
y más duro el pedernal:
si los pinares ardieron,
¡aún nos queda el encinar!


martes, 16 de abril de 2013

La pedrea de Santo Toribio




En el barrio del Cristo de la capital palentina, el domingo más cercano al 16 de abril, tiene lugar la Romería de Santo Toribio, y dentro de dicha romería la tradicional “pedrea del pan y el quesillo”. Veamos de donde arranca esta fiesta que es una de las más populares de la ciudad.

“Según cuenta la leyenda, corría el año 447 cuando Santo Toribio vino a Palencia a predicar contra la herejía priscilianista. Prisciliano fue Obispo de Ávila y fue expulsado de la iglesia  católica romana por predicar su doctrina, que no reconocía entre otras cosas a la Trinidad. Más tarde  fue acusado de mago  y fue ajusticiado. Parece ser que tuvo muchos seguidores entre los visigodos de entonces sobre todo en Galicia y en el Norte de España.
Los palentinos que eran adeptos a la secta, insultaron y apedrearon a Toribio, teniéndose que retirar, a una de las cuevas del cerro del Otero. Desde su gruta, Santo Toribio, mando que se desbordaran las aguas del rio Carrión y la ciudad quedo totalmente inundada. Los vecinos subieron hasta el cerro y allí pidieron perdón al santo y este  mando que las aguas volviesen a su cauce, cosa que así sucedió.”

Desde entonces, los palentinos adjuraron de la herejía y santo Toribio fue declarado segundo patrono de la ciudad. En recuerdo de estos hechos, cada año hay fiesta grande a la que acuden miles de personas.
En procesión es llevada la imagen del Santo, acompañada de las autoridades que cumplen así un voto de villa. Autoridades y pueblo ascienden por el cerro hasta la Ermita, situada a los pies de la imagen del Cristo del Otero.
Tras la misa, el Alcalde de la Ciudad y las autoridades arrojan cientos de bolsas, que contienen pan y queso.
Los congregados debajo del balcón de la ermita, tratan de coger las bolsas al vuelo entre gritos y algarabía, dándose algún que otro empujón y alguna perdida de equilibrio, pero  suele prevalecer la alegría y el carácter amistoso de la pedrea.
Después de la pedrea, continúa la romería  y la fiesta a los pies del cerro, siendo típico comer avellanas y degustar los caracoles del terreno.

“Si vas a la romería
el día Santo Toribio
cómprame unas avellanas
y tráeme pan y quesillo “






Fuentes: Cristo del Otero de Segundo Fernández Morate
Historias y leyendas palentinas de F.Roberto Gordaliza Aparicio
Internet




martes, 9 de abril de 2013

La carabina de Ambrosio




Según la leyenda, Ambrosio fue un labrador que vivió en Sevilla a principios del siglo XIX. Como no le iba bien con la agricultura, cogió su carabina, la cargo con cañamones en vez de con pólvora y se dedicó a ser salteador de caminos.
Todos los caminantes a los que asaltaba le tomaban a broma ya que su candidez era bien conocida en la comarca y todo el mundo sabía que era incapaz de hacer daño a una mosca.
El bueno de Ambrosio se veía así obligado a retirarse de nuevo a su lugar maldiciendo de su carabina, a quien achacaba la culpa de imponer poco respeto a los que él asaltaba.
Desde este momento ser como la carabina de Ambrosio es como ser una cosa inservible o como una persona o cosa sin ningún valor.
A finales del XIX se puso de moda la palabra carabina para referirse a esa señorita de compañía que los padres de la buena sociedad imponían a sus hijas para garantizar la moralidad en su trato con los chicos. Sabemos que ésta carabina surge relacionada con la de Ambrosio por su manifiesta inutilidad en el intento de garantizar la moralidad de las jóvenes.
Es probable que con la aparición de estas inútiles carabinas de compañía se reactivase la expresión la "carabina de Ambrosio" que ya existía en nuestra lengua caracterizada por su inutilidad.






martes, 2 de abril de 2013

Refranero de Abril





Sale Marzo y entra Abril, nubecitas a llorar y campitos a reír
En Abril, aguas mil, que todas caben en un barril
En Abril, flores, olores y predicadores
Por abril, cortas un cardo y te salen mil
A heladas de Abril, el hambre ha de seguir
El invierno no es pasado mientras Abril no ha terminado
En Abril, búscale el nido a la perdiz
Abril saca la espiga a relucir
Si quieres saber cuándo es Abril, la golondrina te lo vendrá a decir
A tres de Abril, el cuclillo ha de venir
Buenos amigos y buenos abriles, uno entre miles
Abril tronado, viene buen verano
Ni Abril sin flores, ni juventud sin amores
Los caracoles de Abril para mí, los de Mayo para el amo y los de junio para ninguno